Recientemente, la meganaviera danesa Maersk tomó la sorprendente decisión de dejar de hacer escala en el puerto de Algeciras, trasladando sus operaciones al puerto de Tánger en Marruecos. Esta medida ha desatado preocupaciones entre los sectores industriales europeos, pues se inscribe dentro del ambicioso Plan de Aceleración Industrial 2014-2020 del país africano, según informes de diversos medios.

El atractivo marroquí para los fabricantes se debe en parte a una normativa más flexible en comparación con Europa, así como a las significativas inversiones en infraestructuras en el puerto de Tánger Med. Estas ventajas, sumadas a políticas de libre comercio y regulaciones medioambientales menos estrictas, confieren a Marruecos una posición ventajosa en el sector automovilístico europeo. En 2024, se estima que la producción de vehículos en Marruecos alcanzará las 700,000 unidades, con proyecciones de llegar a 2 millones para 2030.

Actualmente, existen tres fábricas europeas en Marruecos que generan inquietud en Europa. La primera es la planta Renault localizada en la fábrica de automóviles SOMACA en Casablanca. Fundada en 1959, esta planta fue adquirida por Renault en 2003 y tiene una capacidad productiva de 100,000 vehículos.

Otra instalación relevante es Renault Tánger Mediterráneo, inaugurada en 2012 bajo la dirección del empresario Carlos Ghosn. Esta planta ha recibido una inversión de aproximadamente 1,000 millones de euros y puede producir 400,000 vehículos, enfocándose en el ensamblaje de vehículos híbridos, destacando modelos como el Dacia Jogger.

La tercera planta es una creación de Stellantis (antes PSA) en 2019 en la ciudad de Kenitra. También con capacidad para producir 400,000 vehículos, esta fábrica se dedica a la producción de modelos europeos, incluyendo el Peugeot 208, el Citroën AMI y el Opel Rocks-e. Es importante mencionar que para 2027, se espera que esta planta asuma la fabricación de los Citroën C4 y C4 X, modelos que actualmente se producen en fábricas españolas.

Además, Marruecos se está convirtiendo en un centro automovilístico clave en la región, destacando su Automotive City, un espacio en la zona portuaria dedicado exclusivamente a la industria automotriz, que ya tiene la capacidad de movimentar medio millón de vehículos y está en proceso de expansión para duplicar dicha capacidad. En resumen, Marruecos no solo se perfila como un competidor directo para España, sino que se coloca como el país fuera de Europa que más coches exporta al viejo continente, superando incluso a Japón.