Un experto en neurociencia ha compartido información reveladora sobre el desarrollo y el envejecimiento del cerebro humano en una reciente entrevista. Según el especialista, durante la primera infancia, entre el nacimiento y los cinco años, el cerebro atraviesa un periodo de crecimiento acelerado en conexiones neuronales, lo que permite una asombrosa capacidad de aprendizaje. Este es un momento crucial en el que se construyen las bases para habilidades esenciales como el lenguaje, las interacciones sociales y la resolución de problemas. De hecho, el cerebro de un niño es capaz de absorber información a un ritmo que no se repetirá en ninguna otra fase de la vida.

Al llegar a la adolescencia, entre los 10 y 20 años, el cerebro inicia un proceso conocido como «poda sináptica», mediante el cual elimina las conexiones neuronales que no se utilizan frecuentemente. Este mecanismo es esencial para la especialización del cerebro en habilidades y conocimientos que utilizamos más, aunque también puede hacer que aprender nuevas tareas se vuelva más complicado en comparación con la infancia.

Pero, ¿a qué edad alcanzamos el máximo rendimiento cerebral?

En la adultez joven, hasta aproximadamente los 25 años, el cerebro sigue madurando, pero no alcanza todavía su máximo potencial. En esta etapa, las áreas del cerebro responsables de la regulación de impulsos, el control emocional y la planificación a largo plazo completan su desarrollo, lo que resulta en una mayor estabilidad emocional y decisiones más fundamentadas.

El Dr. Mindea, reconocido experto en el tema, explica que el cerebro no alcanza su rendimiento cognitivo máximo hasta la mediana edad, entre los 40 y 60 años. En este periodo, muchas personas experimentan un «pico cognitivo», caracterizado por una mayor memoria verbal y un profundo conocimiento acumulado, que muchas veces mejora con el tiempo. Durante esta fase, las prioridades cognitivas tienden a cambiar; muchas personas comienzan a enfocarse en dejar un legado significativo para las futuras generaciones y en la autorreflexión.

Este momento culminante del rendimiento mental es fascinante, ya que el cerebro ha adquirido no solo una vasta experiencia, sino también una considerable habilidad para procesar esa información de manera eficiente. Sin embargo, es importante destacar que, tras los 60 años, el cerebro puede comenzar a enfrentar desafíos relacionados con el envejecimiento, como la disminución de la memoria o la agilidad mental. Por lo tanto, mantener una vida activa, social y rica en estímulos puede ayudar a prolongar la capacidad cognitiva y mejorar la calidad de vida a medida que envejecemos. La neurociencia continúa estudiando estos procesos para encontrar maneras de optimizar la salud cerebral a lo largo de todas las etapas de la vida.