Ucrania se atribuye la muerte del general ruso a cargo de las fuerzas nucleares en un atentado con bomba en Moscú.

Este martes, el teniente general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química de Rusia, perdió la vida tras una explosión en la capital rusa. El ataque ocurrió cuando Kirillov salía de un bloque de viviendas y un artefacto explosivo, oculto en un scooter eléctrico, detonó a su paso, como informó el Comité de Investigación ruso.

El organismo calificó el suceso de "acto terrorista" y, sorprendentemente, Ucrania confirmó su participación en la operación a través de fuentes de seguridad citadas por agencias de noticias como Reuters y AFP. La fuente indicó que Kirillov era un "objetivo legítimo" debido a sus supuestas órdenes de utilizar armas químicas prohibidas en conflictos contra Ucrania, lo que acentúa el contexto de la guerra en la región.

En las últimas semanas, la tensión entre Ucrania y Rusia ha escalado, y el ataque resalta las tácticas cada vez más agresivas utilizadas por ambos lados. Se alega que Kirillov fue responsable de la utilización de armas químicas más de 4,800 veces, lo que llevó al Reino Unido a imponer sanciones en su contra, acusándolo de ser un portavoz clave de la desinformación del Kremlin.

El atentado se llevó a cabo mediante un detonador remoto, y las imágenes del lugar revelan daños significativos, con ventanas destruidas y marcas de quemaduras visibles. Kirillov y su asistente fueron encontrados sin vida en el lugar de los hechos, lo cual generó una gran conmoción entre los residentes del área residencial donde ocurrió la explosión.

Los habitantes reportaron haber escuchado el estallido, con testimonios que describen el impacto como un ruido abrumador que inicialmente fue confundido con ruidos de construcción. La bomba, que se estima contenía alrededor de 300 gramos de material explosivo, fue especialmente devastadora, considerando el entorno urbano donde estalló.

Mientras tanto, las reacciones internacionales continúan fluyendo. Estados Unidos ha acusado a Rusia de usar armas químicas como estrategia de guerra, exacerbando la crisis humanitaria en Ucrania, donde miles de soldados han sido tratados por envenenamientos químicos. El coronel ucraniano Artem Vlasiuk ha informado que, hasta la fecha, más de 2,000 soldados han recibido atención médica por estos motivos.

A medida que el conflicto avanza, la situación se torna cada vez más compleja y peligrosa, dejando en claro que el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania podría estar lejos de resolverse de manera pacífica. ¿Podría este ataque marcar un punto de inflexión en la guerra? Las repercusiones de actos de este tipo son impredecibles y aumentan las tensiones en una región ya inestable.

La comunidad internacional observa de cerca los acontecimientos, esperando que se tomen medidas significativas para mitigar la violencia y proteger la vida civil en medio de este conflicto devastador.