Tras 81 días de ausencia, Pedro Sánchez ha regresado a Valencia, la provincia aún repleta de secuelas tras la devastadora dana. Su última visita, a Paiporta, terminó abruptamente cuando tuvo que ser evacuado debido a amenazas, mientras acompaña a los Reyes y al presidente valenciano, Carlos Mazón. En su reciente visita, el presidente del Gobierno ha evitado acercarse a las zonas más afectadas y ha llevado a cabo un evento cuidadosamente controlado, lo que ha desatado la ira en el Palau de la Generalitat, donde se percibe como un desprecio que no haya intentado reunirse con Mazón.

Durante su estancia, Sánchez se encontró con 28 alcaldes de los pueblos más impactados por las inundaciones, prometiendo cubrir el 100% de los costos de reconstrucción de las infraestructuras municipales, en vez del 50% previamente estipulado. Esta medida representa un compromiso financiero de 1.700 millones de euros, además de otros 500 millones destinados a obras de rehabilitación del ciclo integral del agua. "Estaremos a su lado el tiempo que sea necesario, con todos los recursos que hagan falta", enfatizó.

Sin embargo, al ser cuestionado sobre la supuesta falta de coordinación entre el Gobierno central y el valenciano, especialmente al no haber encontrado tiempo para reunirse con Mazón, Sánchez respondió que "la coordinación es total y absoluta", afirmando que estaría "encantado de reunirse con el señor Mazón". No obstante, los hechos sugieren lo contrario, ya que su comisionado para la reconstrucción, José María Ángel, tampoco ha tenido un contacto formal con el homólogo de la Generalitat.

Sánchez también se permitió criticar el tono de la Generalitat, que ha estado transmitiendo que las ayudas no están llegando adecuadamente y que muchas son préstamos. "Las ayudas están llegando y llegarán. Solicitaría a otras instituciones que eviten desinformar y en su lugar ofrezcan tranquilidad a los ciudadanos", manifestó.

El presidente intentó destacar el "tono constructivo" de la reunión con los alcaldes, aunque el formato de la misma ha suscitado críticas entre los representantes del PP. Los alcaldes de Algemesí y Torrent, José Javier Sánchez y Amparo Folgado, lamentaron tener que actuar como portavoces debido a las restricciones impuestas por el Gobierno que limitaron la intervención a unos pocos.

Solo dos alcaldes del PP, dos del PSOE y uno de Compromís tuvieron la oportunidad de expresarse. "Esto fue una mera puesta en escena desconectada de las realidades de los pueblos afectados", fue la crítica del alcalde de Algemesí. Según las palabras de Sánchez, su decisión de no visitar la llamada 'zona cero' se basa en que "ahora no es el momento para la foto, sino para la gestión".

La reunión tuvo lugar en la Delegación del Gobierno en Valencia. Mientras tanto, Mazón y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, organizaron una reunión en un hotel también en Valencia, mientras la secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, optó por reunirse en la sede del partido, en el centro de la ciudad.

Este regreso de Sánchez no solo ha intensificado la tensión con la Generalitat, sino que ha alimentado la guerra política entre ambos gobiernos, que se retroalimenta desde el mismo día de la tragedia. El PP ha criticado la ausencia de Sánchez en Valencia, y Mazón no ha dudado en acusarlo de orquestar una "cacería" política en su contra.

Desde la Feria Internacional de Turismo (Fitur), Mazón denunciaba la "descortesía institucional" de Sánchez al evitar reunirse con él, subrayando que ello refleja una falta de interés en una adecuada coordinación institucional. En un contexto caótico, la Generalitat incluso ha denunciado no haber sido informada sobre los detalles de la solicitud del Fondo de Solidaridad europeo por parte del Ministerio de Hacienda, lo que ha llevado a un intercambio de acusaciones entre ambos organismos, agudizando aún más la crisis.