La casa real de Noruega está atravesando momentos inciertos y preocupantes. Después de la controversia generada por Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit, el último episodio ha dejado a todos atónitos: la reina Sonia, de 87 años, fue ingresada de urgencia en el hospital de Lillehammer tras un episodio de salud alarmante mientras se encontraba esquiando.

Este fin de semana, la familia real emitió un comunicado para tranquilizar a la nación, confirmando que, aunque la reina recibió atención médica urgente, se encuentra fuera de peligro y permanece en observación para descartar complicaciones mayores. “La reina Sonia ingresó el sábado por la tarde tras sufrir palpitaciones irregulares durante su actividad de esquí”, señala el comunicado.

Los médicos diagnosticaron a la reina una fibrilación auricular, una condición que causa ritmos cardíacos irregulares y puede ser potencialmente peligrosa. Aunque el palacio ha asegurado que no hay motivos de alarma, esta afección puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares, lo que justifica su permanencia en el hospital para monitoreo intensivo. El primer ministro Jonas Gahr Støre expresó su deseo de pronta recuperación para la reina, añadiendo que espera que regrese a sus actividades al más alto nivel lo antes posible.

La fibrilación auricular, como indica la Clínica Mayo, se produce cuando las cámaras superiores del corazón laten desorganizadas y fuera de sincronía con las inferiores, lo que puede dar lugar a problemas serios si no se maneja adecuadamente. Esto ha llevado a expertos en la casa real a manifestar su preocupación con el diagnóstico y el ingreso en el hospital.

Caroline Vagle, especialista en la monarquía noruega, admitió su inquietud al recibir la noticia, comentando que “nunca es bueno que alguien necesite atención hospitalaria, y leí la nota con mucha inquietud”. No obstante, se sintió aliviada al escuchar que todo podría estar bajo control.

La salud de Sonia ha sido generalmente excelente, con pocos problemas médicos destacados en su historia. Sin embargo, la edad y los desafíos que implican actividades como el esquí, a pesar de su excelente condición física, han hecho que algunos se cuestionen los riesgos. Vagle también señalo que su energía y amor por la naturaleza son admirables, pero que es importante tener en cuenta que la reina ya no es una joven.

A lo largo de los años, Sonia ha sido vista como una figura fuerte y enérgica en la monarquía noruega, involucrándose en múltiples actividades dedicadas a la promoción del turismo y la naturaleza como miembro honorario de la Asociación Noruega de Turismo desde 2007. Este episodio de salud representa un recordatorio de la fragilidad de la vida y de cómo incluso las personalidades más influyentes son vulnerables. La nación está enviando sus mejores deseos para una rápida recuperación de la querida reina.