Nicole Kidman es una de las figuras más emblemáticas de Hollywood, pero a pesar de su estatus, no escapa de los rumores que rodean su vida. La actriz australiana, conocida por su impresionante trayectoria cinematográfica, acaba de estrenar ‘Babygirl’, un drama erótico que está cosechando el éxito en taquilla junto a Harris Dickinson, quien es 30 años más joven que ella. ¡Pero su vida privada y sus extrañas fobias son igual de fascinantes!

En el mundo del cine, las leyendas urbanas son parte del juego. Algunos de los rumores más extravagantes incluyen a Julia Roberts que solo se baña con agua mineral y a Mariah Carey que transporta sus propios muebles en cada hotel. Kidman, por su parte, ha formado parte de esta listita de curiosidades. Recordemos su icónica imagen tras su separación de Tom Cruise: un meme que se ha vuelto parte de la cultura pop. Sin embargo, ella misma aclara que esa expresión era para una película, no para la vida real.

Una de las fobias más inusuales de Kidman es la lepidopterofobia, una aversión extrema hacia las mariposas. En entrevistas pasadas, ha compartido que sufrió mucho durante su infancia por encontrarse con mariposas y polillas. "Cuando regresaba del colegio, a veces me encontraba con una mariposa o polilla gigantesca en la reja de entrada. Hacía lo que fuera para evitar enfrentarme a ellas", confesó. Aunque ha intentado superar este miedo visitando museos de historia natural y enfrentándose a otros desafíos, parece que esta fobia persiste, dándole otra capa de complejidad a su personalidad.

Además de su extraña relación con los insectos, Kidman también ha desarrollado un pánico al sol. Creciendo en Australia, donde la intensidad del sol es notable, la actriz se ha vuelto extremadamente cautelosa con respecto a la exposición solar debido a su piel clara. En varias entrevistas ha comentado cómo aprendió a apreciar su piel pálida y a protegerse del sol, mencionando un incidente en el que sufrió un principio de cáncer de piel. Este cuidado extremo llevó a situaciones durante el rodaje de ‘Sígueme el rollo’, donde tuvo que luchar contra las condiciones soleadas de Maui. "Nicole evita bronzearse a toda costa y suplicó al director que la mantuvieran alejada del sol", reveló alguien del equipo.

Curiosamente, a pesar de haber estado casada con Tom Cruise, conocido por sus excentricidades en Hollywood, Nicole no ha desarrollado muchas más manías a lo largo de su carrera. En su reciente película ‘Babygirl’, lo que la llevó a pedir pausas en el rodaje no fue ni el agua mineral ni lujos inusuales, sino el contenido sexual del filme, que la llevó al límite. "Hubo momentos en que sentí que ya no quería más orgasmos, fue agotador", admitió. Su franqueza y disposición para hablar sobre sus límites es una faceta que la hace destacar en la industria.

En resumen, Nicole Kidman no solo es talentosa, sino también compleja. Sus fobias y extrañezas no solo le añaden un toque intrigante a su imagen, sino que también nos recuerdan que, detrás de la glamorosa fachada de Hollywood, hay seres humanos con miedos y vulnerabilidades.