¡"Que paguen por lo que han hecho!" es el grito de justicia que resuena en la voz de Jenni Amador, de 26 años, tras la detención de los presuntos asesinos responsables de la trágica masacre en la Font de la Pólvora. Jenni y su hermano Antonio, de solo 12 años, fueron víctimas de este violento ataque durante las celebraciones de la última verbena de Sant Joan. Antonio continúa hospitalizado, mientras Jenni enfrenta una recuperación prolongada tras sufrir graves heridas de bala en una de sus piernas.

La noche de la detención, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil llevaron a cabo una operación en Pinos Puente, Granada, donde habían obtenido pistas concretas sobre la ubicación de los sospechosos. Guillermo y Estefanía, los principales implicados, fueron capturados en la casa del padre de Guillermo sin presentar resistencia. Sin embargo, el padre de Guillermo también fue arrestado, aunque por un caso distinto.

Los investigadores del caso están cerca de completar la reconstrucción de los eventos de esa fatídica noche. Todo comenzó con una disputa entre Estefanía y otra mujer, lo que llevó a Guillermo, conocido por su violencia, a entrar en acción. Armado con un fusil de asalto AK-47, abrió fuego indiscriminadamente, acabando con la vida de Yolanda Heredia, de 44 años, y su cuñado, Juan Serafín Amador, de 48 años. Los niños Amador, Jenni y Antonio, resultaron heridos, pero lograron sobrevivir gracias a la atención médica.

El punto culminante de esta historia tiene lugar días después. Tras la presión policial, el padre y el hijo que aún quedaban por arrestar, se entregaron en la comisaría de Granada, conscientes de que no podían escapar. Los cuatro involucrados ahora se enfrentarán a la justicia en Girona, donde la jueza ya había ordenado la prisión sin fianza para dos hermanos de Estefanía, acusados de complicidad.

Los ecos de la tragedia todavía reverberan en la comunidad. El alcalde de Girona, Lluc Salellas, expresó su satisfacción por las detenciones y enfatizó la necesidad de mantener una presencia policial constante en la Font de la Pólvora y Vila-Roja. Además, se están organizando vigilias para honrar la memoria de las víctimas, mostrando que la comunidad se une frente al dolor y la violencia.

Mientras el proceso judicial avanza, familias como los Amador requieren la justicia más que nunca. ¿Se hará justicia para ellos y se prevendrá que tragedias como esta vuelvan a ocurrir? La sociedad espera respuestas.