Keir Starmer ha tomado una decisión impactante al devolver más de 7.100 euros tras un aluvión de críticas por el escándalo de los regalos. Desde su llegada al poder, el primer ministro ha estado bajo la lupa debido a su acumulación de lujosos obsequios, que suman más de 120.000 euros. Estos incluyen ropa de diseñador, gafas, pases para partidos de fútbol y entradas para conciertos, todo proveniente de donantes del Partido Laborista, como el empresario Waheed Ali.

La presión ha llevado al equipo de Starmer a actuar, devolviendo artículos de lujo cuya legalidad ha sido cuestionada. Entre los regalos destacados se encuentran cuatro entradas para ver a la famosa cantante Taylor Swift, valoradas en asombrosos 3.334 euros, cortesía de Universal Music Group. También están las otras dos entradas para el mismo concierto, valoradas en 712 euros, ofrecidas por la Asociación de Fútbol, y cuatro pases para las carreras de caballos en Doncaster, por un total de 2.300 euros. Adicionalmente, se ha involucrado un alquiler de mil euros en ropa de la diseñadora Edeline Lee para su esposa, Victoria Starmer.

Con el fin de restaurar la confianza pública, el primer ministro se ha comprometido a fortalecer el Código de Conducta que rige la ética de los ministros del Gobierno. Esta semana, el Partido Laborista dejó claro que sus miembros no volverán a aceptar regalos de donantes ni utilizarán estos fondos para gastos personales. Pero el escándalo no solo afecta a Starmer: la ministra de Economía, Rachel Reeves, y la viceprimera ministra, Angela Rayner, también están en la mira por haber recibido donaciones del controvertido Waheed Ali, quien ha aportado cientos de miles de libras al partido a lo largo de los años.

No obstante, el tema de las donaciones ha generado un gran descontento entre los miembros del partido y los votantes, que se enfrentan a duras medidas de austeridad, incluidos recortes en ayudas para pensionistas en sus facturas de gas y electricidad. Este malestar ensombreció el reciente congreso laborista en Liverpool, que debía ser una celebración de la victoria electoral del 4 de julio, pero que, en cambio, se centró en los escándalos del equipo de Starmer.

Pero eso no es todo. La decisión de Starmer de devolver los regalos coincide con la apertura de una investigación sobre el propio Waheed Ali. Este empresario, miembro de la Cámara de los Lores desde que fue nombrado por el ex primer ministro Tony Blair, se enfrenta ahora a una indagación por parte de la Comisión de Estándares Éticos de la Cámara sobre posibles irregularidades en su declaración de intereses, aunque las fuentes parlamentarias sugieren que las cuestiones vigentes podrían estar relacionadas con sus empresas y no con los regalos otorgados a Downing Street.