La reciente advertencia del economista en jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), Robin Brooks, ha encendido las alarmas en el ámbito económico argentino. Brooks pronosticó que el peso argentino enfrentará "una devaluación inevitable e ineludible" tras el proceso de apreciación que se ha observado en los primeros meses del gobierno de Javier Milei. Esta afirmación se alinea con las críticas de varios economistas hacia el programa económico del gobierno.

Mientras el gobierno sostiene que la tendencia del dólar será a la baja y que el peso se fortalecerá, los tipos de cambio paralelos han alcanzado sus niveles más bajos en cinco meses. Brooks señala que, paradójicamente, tras la pandemia, el peso argentino se ha convertido en la moneda más fuerte del mundo, mientras que el real brasileño se sitúa como una de las más débiles. Tal discrepancia es, según él, insostenible y sugiere un retorno inminente a una gran devaluación.

En un análisis profundo, el exjefe de estrategia de Goldman Sachs manifestó que la competitividad lograda a través de la reciente devaluación en diciembre ha sido completamente erosionada por la alta inflación y la decisión del gobierno de vincular nuevamente el peso al dólar de inmediato. "La única forma de arreglar esto es mediante una devaluación. Es algo que no se puede evitar", advirtió.

Localmente, economistas como Marina Dal Poggetto, directora de Eco Go, destacan el estancamiento del tipo de cambio en medio de un Banco Central que lidia con reservas en cifras negativas. Dal Poggetto argumenta que el gobierno enfrenta una falta de USD 20 mil millones para mantener el actual esquema cambiario.

Un dato relevante es que el Índice de mayor apreciación de monedas que publica Bloomberg posicionó a Argentina en el primer puesto global entre 148 monedas, evidenciando una apreciación del 25% real frente al dólar. En este contexto, las expectativas de las instituciones financieras internacionales no son alentadoras: se espera un incremento del 60% en el precio del dólar oficial entre octubre de este año y junio de 2024, lo que contrasta con lo que pronostica el gobierno, que prevé un tipo de cambio de $1.040 para fin de año y $1.304,15 para mediados de 2025.

En la última semana, las distintas cotizaciones del dólar paralelo han mostrado una tendencia a la baja, acercándose a brechas mínimas respecto al dólar oficial. Este fenómeno ha llevado al dólar libre a bajar $10, rompiendo la barrera de los $1.200, una cifra que no se veía desde mayo.

Analistas sugieren que este comportamiento se debe a un entorno fiscal más equilibrado, la entrada de dólares a través de blanqueos y la escasez de pesos en un período en que empieza la temporada de pago de impuestos. "Los ocho meses de superávit fiscal, la capitalización del Banco Central, la mejora de la recaudación tributaria y el blanqueo son factores clave para la baja del dólar, que parece continuar", subraya el economista y consultor Salvador Di Stefano. Además, se habla de la posibilidad de financiar operaciones REPO por USD 4.000 millones, lo que podría llevar las reservas a USD 35.000 millones en breve. Sin embargo, muchos se preguntan, ¿qué pasará si la situación no se estabiliza? La incertidumbre económica sigue azotando a Argentina, y muchos ciudadanos están ansiosos por saber cómo afectará esto a su día a día.