BERLÍN.- El pasado 25 de septiembre se llevó a cabo un homenaje inusual en la Academia de Ciencias de Berlín y Brandeburgo, para conmemorar los 70 años de Ángela Merkel, quien fue canciller de Alemania entre 2005 y 2021. La ocasión, a pesar de ser una celebración, estuvo marcada por un tono de distancia y precaución. Como bien comentó el semanario Die Zeit, hubo un ‘acercamiento de puntillas’ en un evento donde la CDU, su partido, ni reivindicó abiertamente su legado ni mostró un entusiasmo palpable por su figura.

Merkel, quien se convirtió en la única mujer en ocupar el cargo y la primera canciller procedente de la antigua República Democrática Alemana, está ahora en una especie de purgatorio político. Su legado, que alguna vez se percibió de manera positiva, ahora se somete a un escrutinio más crítico. Luego de haberse mantenido alejadas de la política durante años, planea presentar su visión en las memorias que lanzará internacionalmente el 26 de noviembre, tituladas 'Libertad'.

El actual líder de la CDU, Friedrich Merz, quien siempre ha sido un crítico de Merkel, se ha distanciado aún más de su legado, haciendo eco de una tendencia que no sólo involucra a su partido. Incluso el Partido Socialdemócrata (SPD), que colaboró con Merkel durante buena parte de su gobierno, ha tomado distancia. Por ejemplo, la reciente política de controles fronterizos y promesas de expulsiones agudas es vista por algunos como una forma de deslegitimar sus políticas de acogida, que en 2015 permitieron la entrada de un millón de refugiados a Alemania. Estas decisiones, que antes eran consideradas ejemplares de una Alemania humanitaria, ahora son asociadas con el auge de la extrema derecha y, como aclara Horst Seehofer, exministro del Interior, se relacionan con el ascenso del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD).

Para muchos, el cambio en la percepción de Merkel se evidente desde la invasión de Ucrania por Rusia el 24 de febrero de 2022. Este evento marcó un antes y un después, donde las antiguas certezas alemanas sobre la seguridad y la energía se desmoronaron, revelando una falta de preparación para nuevas realidades geopolíticas. Según el periodista Ekhart Lohse, esto provocó un ‘difícil despertar’ en el país, que había estado administrando una ilusión de estabilidad.

Lohse señala que Merkel, hecha para ‘preservar’ a Alemania en tiempos de crisis, hizo poco para adaptarla a un mundo cambiante. El autor de 'Die Täuschung' (El engaño) apunta que durante su mandato, Merkel evitó abordar abiertamente su pasado en la Alemania del Este y su herencia como una forma de no incomodar a un partido fuertemente influenciado por la Alemania occidental.

Mientras el país atraviesa un momento complicado, enfrentando retos económicos y crisis en la infraestructura, muchos alemanes sienten nostalgia por la época de Merkel, a pesar de que su legado ahora se debate intensamente. Algunos críticos sugieren que Merkel, con su estilo pragmático, pudo haber 'anestesiado' al país, y que su reluctancia a adoptar visiones a largo plazo ha dejado a Alemania en un estado de estancamiento.

Los retos que enfrenta Alemania son evidentes en medio de una coalición fracturada, y la percepción de que Merkel, en lugar de ser el símbolo de unidad que se esperaba, podría haber contribuido a una división más profunda entre el este y el oeste. ¿Podrá Merkel reconciliar su legado con los desafíos que Alemania enfrenta hoy en día? La historia está lejos de concluir.