Ciencia

¡Alerta! Los expertos advierten que la próxima pandemia podría ser causada por hongos resistentes

2024-09-28

En un inquietante giro de los acontecimientos, un estudio reciente ha revelado que la resistencia a los antifúngicos se está transformando en una amenaza global, emergiendo como una crisis que requiere atención urgente. Mientras el mundo aún lidia con la grave crisis de resistencia a los antibióticos, un nuevo enemigo ha surgido: los hongos patógenos están evolucionando rápidamente, superando los tratamientos actuales y creando lo que algunos expertos se atreven a llamar una "pandemia silenciosa". Los casos de infecciones fúngicas están en aumento, afectando a más personas cada año.

Un equipo internacional de investigadores, que incluye científicos de universidades de Manchester, Beijing y Sydney, ha publicado un artículo alarmante en la prestigiosa revista médica The Lancet. En él, se hace un llamado a prestar más atención a este problema que ha pasado desapercibido para muchos, a pesar de que las infecciones fúngicas ya causan aproximadamente 3.8 millones de muertes anuales, particularmente entre los grupos de población más vulnerables, como ancianos y personas con sistemas inmunitarios comprometidos.

Norman van Rhijn, biólogo molecular de la Universidad de Manchester y autor del estudio, ha subrayado la urgente necesidad de incluir la resistencia antifúngica en las discusiones sobre resistencia a los antimicrobianos. Según él, la comunidad científica y los gobiernos deben dejar de centrarse únicamente en las bacterias y reconocer que los hongos también representan una seria amenaza.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha tomado nota de esta creciente preocupación. En 2022, presentó la Lista de Patógenos Fúngicos Prioritarios, destacando especies como Aspergillus fumigatus, Candida y Trichophyton indotineae como peligrosas para la salud pública. Sin embargo, las infecciones fúngicas invasivas siguen siendo subestimadas y subreconocidas, lo que dificulta el desarrollo de estrategias efectivas para combatirlas.

Afrontar este desafío no es sencillo. Los hongos son más similares a los humanos que a las bacterias, lo que complica el desarrollo de antifúngicos eficaces sin causar daño colateral a las células humanas. Actualmente, existen solo cuatro clases de antifúngicos sistémicos para tratar infecciones graves, y muchos de estos ya muestran signos preocupantes de resistencia.

Además, la agricultura juega un papel crucial en esta problemática. El uso de fungicidas en el campo –que son análogos a los antifúngicos médicos– puede crear resistencia cruzada, comprometiendo la efectividad de los tratamientos en humanos. Los investigadores insisten en que es vital encontrar un equilibrio entre la protección de los cultivos y la lucha contra infecciones fúngicas resistentes.

La OMS se enfrenta a una tarea urgente: dar el peso que merece la resistencia antifúngica en las agendas de salud pública global. Ignorar este problema podría resultar en una crisis aún más devastadora que la pandemia de COVID-19. Es crucial actuar ahora, antes de que el control de estas infecciones se escape de nuestras manos. La preparación y prevención son clave para evitar el surgimiento de una nueva amenaza sanitaria que podría cambiar el rumbo de la historia.