Antes de que el tsunami olímpico arrase con todo, la vela española se aventuró por aguas desconocidas hasta la fecha. En la bahía de San Francisco, nuestro equipo se lanzó con éxito a la conquista del título de SailGP, la Fórmula 1 del mar. Con este triunfo, derrotaron a la Armada Invencible, la dominadora histórica de la vela profesional anglosajona, y acabaron con la hegemonía de Australia, que había ganado todas las carreras desde el inicio del circuito en 2019, exceptuando el año suspendido por la pandemia de COVID-19.

Este martes, los tripulantes españoles del F50 Victoria celebraron su victoria al aterrizar en MARCA. Diego Botín, Florian Trittel, Joel Rodríguez, Nicole van der Velden, Joan Cardona y Bernardo Freitas, seis de los siete integrantes del equipo conocido como los 'Gallos' (solo faltó Steward Dodson), desembarcaron con orgullo, portando la copa plateada de los campeones. Junto a ellos estaba Antonio Alquázar, CEO del equipo, junto a sus colaboradores atentos a cada detalle.

El trofeo se trata con un cuidado excepcional. Con guantes blancos, lo desnudan de su funda negra, asegurándose de que no haya ninguna huella que pueda empañar el reflejo del éxito español. Pero, ¿cuál es el secreto de este equipo? Nicole van der Velde, estratega del grupo, toma la palabra. "Quería pasar la papa caliente", dice mientras mira a Bernardo Freitas a su lado, pero antes de pasarlo añade: "Un equipo unido". "El talento sin trabajo no trae resultados", complementa Freitas, grinder del equipo. "Todo está basado en la determinación", continúa Joel Rodríguez, controlador de vuelo.

Florian Trittel lo tiene claro: "Somos como una familia". Diego Botín, su compañero en el 49er olímpico donde ganaron oro, profundiza: "Nuestra aproximación al deporte es diferente, y hemos sabido combinar nuestras fortalezas para maximizar cada rendimiento". "Amistad, honestidad y talento", sentencia Joan Cardona, táctico y grinder del equipo.

La humildad es clave: "Grandes deportistas y mejores personas", concluye Antonio Alquázar, quien también jugó un papel crucial en aumentar la presión durante la gran final de San Francisco, un día mágico para el deporte español, que comenzó con la victoria de Alcaraz en Wimbledon y la posterior celebración de la selección en la Eurocopa. "Éramos dos españoles entre anglosajones; no os imagináis la satisfacción que sentimos al ganar. Inmediatamente fui a hablar con nuestro entrenador y les dije a los chicos que ahora les tocaba a ellos", recuerda Alquázar con emoción.

"Fue increíble ver a otros deportistas españoles triunfar. Disfrutamos de sus éxitos, como el de Sergio García en el LIV. Para nosotros, era un honor estar a su altura", reflexiona Trittel. En solo dos meses, el circuito de SailGP volverá a activarse, y España ya es considerada el rival a vencer. "La presión siempre está presente. Yo siempre siento que debo dar lo mejor de mí, y no creo que la victoria cambie eso", menciona Joan Cardona.

El mercado de fichajes está en movimiento. "Se han hecho algunas transacciones, pero aunque no puedo confirmarlo completamente, vamos a mantener el mismo equipo para solidificar lo que hemos comenzado. En el futuro, vamos a crear bases más fuertes para abrir la puerta a nuevos talentos que vengan a un camino más accesible. Este año será duro, incluso más que el anterior. Tendremos que trabajar aún más", afirma Botín con firmeza.

Con el título de campeones, se han abierto nuevas oportunidades para conseguir patrocinadores. "Hemos despertado interés, y en las próximas semanas anunciaremos varias empresas que se sumarán a nuestro equipo, el único hispano en la competición. Además, hemos atraído la atención de compañías fuera de España. Buscamos a los mejores partners, no solo al típico patrocinador que pone una etiqueta, sino a aquellos que realmente quieran unirse al proyecto que estamos construyendo", concluye Alquázar con optimismo.