En un giro sorprendente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido conmutar las penas de muerte de 37 de los 40 condenados a muerte en el sistema federal, solo a un mes del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Esta decisión, anunciada el 23 de diciembre de 2024, ha generado tanto apoyo como controversia en el país. Biden ha aclarado que los condenados ahora enfrentarán cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Desde que asumió la presidencia, Biden ha sido un firme opositor a la pena de muerte, implementando una moratoria sobre las ejecuciones a nivel federal, en contraste con la administración Trump, que había reanudado las ejecuciones en 2020 tras casi dos décadas de pausa.

Este acto de clemencia no solo resalta el enfoque de Biden hacia una justicia más compasiva, sino que también se posiciona como una declaración política. Según la Casa Blanca, este presidente ha otorgado más conmutaciones en el final de su mandato que cualquier otro de los últimos presidentes en igual etapa de su presidencia. Mientras tanto, Donald Trump ha defendido el uso de la pena de muerte como herramienta para combatir la violencia, especialmente en relación con los crímenes perpetrados por migrantes y traficantes de drogas.

Sin embargo, Biden ha dejado claro que su visión hacia la pena de muerte se centra en la justicia y la reducción de delitos violentos. Su comunicación sostiene que "Estados Unidos debe poner fin al uso de la pena de muerte a nivel federal", con la única excepción de casos de terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio.

Entre los tres condenados que no fueron beneficiados por esta medida se encuentra Djokhar Tsarnaev, condenado por el atentado en la maratón de Boston en 2013, Dylann Roof, responsable del asesinato de nueve personas en una iglesia de Charleston en 2015, y Robert Bowers, condenado por un ataque mortal en una sinagoga en Pittsburgh en 2018.

Vale mencionar que, además de esta conmutación, Biden también ha sido pionero al otorgar indultos a personas condenadas por simple posesión y uso de marihuana, así como a exmiembros de las Fuerzas Armadas pertenecientes al colectivo LGBTQI+ que fueron condenados por su orientación sexual. Las decisiones de Biden provocan un debate intenso sobre el futuro del sistema judicial estadounidense y las reformas necesarias para asegurar una justicia equitativa y humana en el país.

¡Sin duda, las decisiones de Biden marcarán un antes y un después en el panorama judicial de EE.UU!