La isotretinoína es el único tratamiento médico eficaz para combatir el acné, siendo la única opción capaz de inducir su remisión. Sin embargo, no todos los pacientes logran deshacerse del acné permanentemente, y muchos de ellos enfrentan recaídas que requieren nuevas rondas de tratamiento. Esto hace que sea crucial identificar a las personas con mayor riesgo de recaída y comprender cómo la dosis diaria y acumulada pueden influir en los resultados del tratamiento.

Recientemente, un estudio destacado realizado por la Dra. Jenny Lai y el Dr. John Barbieri de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha arrojado luz sobre este tema. En la investigación, se analizaron las tasas de recaída del acné y la frecuencia con la que los pacientes requieren nuevos ciclos de isotretinoína. El estudio se enfocó específicamente en los factores que podrían estar asociados con la recaída de esta enfermedad cutánea.

Se recolectó información de los registros de atención médica en los EE. UU. para identificar a pacientes de 12 años o mayores que habían recibido isotretinoína durante un mínimo de cuatro meses y que tenían al menos un año de seguimiento después del tratamiento. Este análisis incluyó a 19,907 pacientes, con una edad promedio de 20,6 años, de los cuales el 52,8% eran mujeres.

Los resultados fueron sorprendentes: el 22,5% de los participantes experimentó recaídas del acné, mientras que el 8,2% necesitó recibir isotretinoína nuevamente. Interesantemente, las mujeres presentaron tasas de recaída superiores (HR: 1,43), lo que sugiere que pueden ser más susceptibles a la reaparición del acné. Por otro lado, los hallazgos indican que una mayor dosis acumulada de isotretinoína está asociada con una menor tasa de recaída (HR: 0,996).

El estudio también encontró que una dosis acumulada más alta pudo reducir la frecuencia de repetición del tratamiento en pacientes que habían recibido dosis bajas (<120 mg/kg) y convencionales (120-220 mg/kg), aunque este efecto no fue significativo en aquellos que recibieron dosis altas (>220 mg/kg). Curiosamente, la dosis diaria máxima no tuvo un efecto negativo en las recaídas ni en la necesidad de repetir el tratamiento en pacientes con dosis acumuladas de 120 mg/kg o más.

Estos hallazgos sugieren que aumentar la dosis acumulada de isotretinoína podría ser una estrategia efectiva para disminuir el riesgo de recaídas y la necesidad de nuevos tratamientos. Sin embargo, es importante destacar que la dosis diaria, ya sea convencional o alta, no parece influir significativamente en estos resultados, lo que implica que los tratamientos deben personalizarse según las necesidades y preferencias de cada paciente. ¿Podría esto marcar un cambio en la forma en que se prescribe la isotretinoína en el futuro? Solo el tiempo lo dirá.