En los últimos años, Marruecos ha intensificado su rearme militar, emergiendo como una de las principales potencias militares en África. Este aumento en las capacidades defensivas incluye adquisiciones de armamento avanzado, como los misiles aire-aire AMRAAM-C8 y las bombas guiadas GBU-39B, diseñados para potenciar tanto su ofensiva como su defensa. Esta evolución militar plantea serios interrogantes para España, especialmente en lo que se refiere al equilibrio estratégico en el Mediterráneo occidental y la seguridad de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que se encuentran a solo unos kilómetros de la costa marroquí.

Rearme continuo y sofisticado

Marruecos ha estado modernizando su arsenal militar mediante adquisiciones significativas que van desde cazas F-16 hasta vehículos blindados y sistemas de misiles. Este proceso está impulsado por un ambicioso plan estratégico que busca fortalecer la posición marroquí en el norte de África y proyectar su poder más allá de sus fronteras. Estos movimientos son vistos con creciente preocupación por las autoridades españolas, sobre todo considerando la historia de tensiones entre ambos países.

Adquisición de misiles AMRAAM-C8

Recientemente, el 20 de diciembre, la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa de EE. UU. notificó al Congreso sobre la venta aprobada al Reino de Marruecos de misiles aire-aire avanzados AMRAAM-C8, lo que representa una inversión de aproximadamente 88,37 millones de dólares. Este sistema, fabricado por Raytheon, es uno de los misiles de medio alcance más avanzados a nivel global, capaz de interceptar objetivos aéreos a hasta 160 kilómetros de distancia.

Los AMRAAM-C8 ofrecen mejoras significativas en comparación con versiones anteriores, incluyendo mayor precisión y resistencia a las contramedidas electrónicas. Con esta compra, Marruecos aumenta su capacidad de defensa y ofensiva en el aire, lo que constituye un notable avance frente a posibles amenazas.

Bombas GBU-39B

Marruecos también ha incluido las bombas guiadas GBU-39B, conocidas como bombas de pequeño diámetro (SDB), en su arsenal. Estas bombas son ideales para llevar a cabo ataques quirúrgicos con un mínimo de daños colaterales. El mismo día que se aprobó la venta de los misiles, también se notificó la intención marroquí de adquirir 500 de estas bombas, así como equipos relacionados por un costo estimado de 86 millones de dólares. Con un alcance de aproximadamente 110 kilómetros, permiten a los F-16 realizar ataques desde distancias seguras, aumentando aún más el potencial ofensivo del país.

La fuerza aérea de Marruecos: un panorama actualizado

La Fuerza Aérea Real de Marruecos (FARM) se posiciona como el principal beneficiario de estas inversiones, modernizando su flota de cazas F-16 Block 70/72 y complementándola con aviones Mirage F1 actualizados. Estas mejoras hacen que la FARM se convierta en una fuerza a considerar en la región, lo que genera inquietud en España.

¿Una amenaza para España?

El rearme de Marruecos ha despertado preocupaciones en España dada la cercanía geográfica entre ambos países y el contexto de tensiones históricas, particularmente en relación a Ceuta y Melilla. Aunque Marruecos sostiene que su modernización militar es defensiva, la magnitud y el tipo de adquisiciones sugieren una clara intención ofensiva, lo que podría alterar el equilibrio de poder en la región.

La respuesta de España

Frente a estos desarrollos, España ha comenzado a reforzar su propio arsenal militar. Esto incluye la modernización de sus cazas Eurofighter Typhoon y F-18, además de la adquisición de armamento avanzado como misiles aire-aire Meteor, que tienen un alcance superior a los AMRAAM-C8 marroquíes. Los Eurofighter, equipados con tecnología de punta, se posicionan como la columna vertebral de la fuerza aérea española, ofreciendo ventaja en términos de detección y alcance.

Un equilibrio en peligro?

El rearme de Marruecos representa un desafío estratégico inminente para España. Si bien el país mantiene una ventaja en experiencia y tecnología militar, el rápido avance de Marruecos podría cambiar las dinámicas de poder en el Mediterráneo. En un contexto de tensiones crecientes y proximidad geográfica, la pregunta que se plantea es si la capacidad de España para modernizar su arsenal será suficiente para mantener un equilibrio ante el creciente poder militar de Marruecos.