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¡Una ciudad flotante para los 150.000 evacuados por los devastadores incendios en Los Ángeles!

2025-01-11

Autor: Ana

Rodrigo Espinosa, junto a su familia, tuvo que abandonar su hogar en la tarde del martes cuando las llamas del feroz incendio en Palisades comenzaron a consumir el oeste de Los Ángeles. Su primera parada fue un hotel en Beverly Hills, que pronto se llenó de otros evacuados, cada uno con historias desgarradoras. "No dejaba de llegar gente, coche tras coche, familias enteras con sus niños y peluches...", recuerda dolorido. Ese espacio se transformó en un lugar de lamentos compartidos entre aquellos que habían perdido todo.

Hasta el momento, los incendios en Los Ángeles han dejado un saldo trágico de 11 víctimas mortales y devastado 14.000 hectáreas, obligando a más de 153.000 personas a abandonar sus hogares. Las evacuaciones han fluctuado rápidamente desde que se iniciaron, y aunque algunas áreas han dejado de estar bajo alerta, otras se encuentran en un estado de emergencia. Las autoridades continúan evaluando los daños y ajustando las zonas de evacuación según la evolución del fuego.

Uno de los principales refugios se está gestionando en el Centro de Convenciones de Pasadena, donde el Ayuntamiento ha acondicionado espacios para ayudar a los desplazados. Desde un caos inicial, el albergue ha evolucionado, ofreciendo carpas médicas, áreas para cargar dispositivos móviles y espacios para niños con actividades recreativas. "Hoy hay más de 1.200 personas en este refugio, muchas de las cuales necesitan asistencia médica urgente", señala Lisa Derderian, portavoz municipal de Pasadena. Además, AirBnb está proporcionando alojamiento a cerca de 25.000 evacuados, lo que ha sido un alivio temporal para muchos.

Los desafíos son intensos para aquellos que han perdido todo. Koko Panossian, director de servicios comunitarios de Pasadena, comenta que muchos de los que acuden al refugio son altamente vulnerables, personas que no pueden permitirse pagar un hotel ni otra residencia. "La situación fue extremadamente dura durante la primera noche, con muchos evacuados aún en shock y ayudando a compañeros cuya propia sofisticación se evaporó en el fuego", compartió visiblemente emocionado.

En el acomodado barrio de Westwood, la Cruz Roja lidera la atención a las víctimas del incendio. La portavoz Nicole Mall informa que están operando a casi su máxima capacidad y proporcionando alimentos, agua y atención inmediata a aquellos necesitados. Esta comunidad solidaria no dudó en acercarse, trayendo alimentos y donaciones de ropa, pero las solicitudes de ayuda continúan. Sorprendentemente, incluso la estrella de cine Michael Keaton fue visto entregando alimentos, mostrando que la solidaridad trasciende el estrellato.

El recién electo senador de California, Adam Schiff, también ha estado presente en la zona, atendiendo las necesidades de las familias afectadas. Un encuentro conmovedor tuvo lugar cuando Shell, una abogada de 53 años que lo perdió todo, se acercó a él. "¿Por dónde empiezo si lo he perdido todo?", le preguntó con la voz entrecortada. Esta es solo una de las muchas historias humanas que subrayan el impacto devastador de los fuegos.

En Los Ángeles, figuras influyentes como el chef español José Andrés y la actriz Jennifer Garner están haciendo una diferencia tangible en la vida de estas familias que están sufriendo. A través de la organización World Central Kitchen, han estado proveyendo comidas a los que más lo necesitan, haciendo que su labor sea vital en esta crisis. "Nosotros respondemos rápido porque estamos acostumbrados a situaciones de emergencia", afirma Andrés.

Por otro lado, Guillermina García, una mujer de 58 años que llegó hace más de tres décadas de Jalisco, México, ahora se encuentra en el centro buscando comida tras perder su hogar en Altadena. "Todo lo que hemos construido se lo llevó el viento y el fuego", lamenta mientras recuerda el sufrimiento que ha marcado su vida y la de su familia. En un apartamento pequeño y temporal, ella y sus seres queridos luchan para salir adelante.

La situación sigue evolucionando mientras siguen los esfuerzos de recuperación, y aunque la destrucción es profunda, la comunidad se une para reconstruir y ofrecer un rayo de esperanza entre lo devastador.