España está a un paso de conseguir lo que antes parecía un sueño: más del 50% de su generación eléctrica proviene de fuentes renovables durante los últimos 12 meses. Este objetivo está alineado con el ambicioso Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), el cual establece la meta del 81% de energías limpias para 2030.

¡Las cifras son sorprendentes! Según un informe reciente de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), el país ha logrado mantenerse por encima del 50% de energía renovable cada mes desde octubre del año pasado. Este asombroso logro está impulsado principalmente por la energía solar, que contribuyó con un 22,3%, y la energía hidroeléctrica, que alcanzó un impresionante 67,5% gracias a un año inusualmente lluvioso. Es crucial señalar que, de no haber sido por estas lluvias, el porcentaje de energía renovable podría haber caído por debajo del 50%.

En un análisis más detallado de los datos, que abarcan de septiembre de 2023 a septiembre de 2024, se observa que ciertos meses, especialmente durante los equinoccios, superaron el 60% de producción renovable. Esto resalta el impacto significativo de las lluvias en la producción hidroeléctrica, la cual sigue siendo una de las principales fuentes de energía del país.

Sin embargo, es fundamental contrastar estos avances con la generación de energía no renovable, que vio un aumento, alcanzando más del 40% en invierno y verano. En el mes más reciente, las energías renovables representaron el 53,1% del total de la generación energética, mientras que las no renovables fueron el 47,3%, lo que refleja una clara tendencia hacia un modelo energético más sostenible.

La energía hidroeléctrica no solo ha sido clave en este hito, sino que también se proyecta el desarrollo de más instalaciones hidroeléctricas, aunque algunas están aún a la espera de aprobación, lo que podría mejorar aún más la capacidad de generación renovable del país. Increíblemente, en regiones donde históricamente ha habido menos recursos hídricos, se están proponiendo soluciones innovadoras para maximizar el uso de esta energía.

En cuanto a la inversión, el último año ha sido testigo de un verdadero auge en la financiación de energías renovables. Solo en la primera mitad de 2024, España autorizó casi 9.500 MW de nueva capacidad renovable, especialmente en comunidades como Aragón y Castilla y León. Sin embargo, este crecimiento no está exento de desafíos, incluyendo preocupaciones sobre el uso de tierras protegidas y el desequilibrio territorial en la distribución de instalaciones energéticas.

Sin duda, España se está posicionando como uno de los modelos a seguir en la transición hacia las energías renovables. Estos logros marcan un antes y un después en la historia energética del país, demostrando que es posible avanzar hacia un futuro sostenible. ¡El camino hacia el 2030 se presenta lleno de posibilidades!