Al menos 50 personas han perdido la vida en un trágico naufragio ocurrido en la peligrosa ruta canaria. Este cayuco, que partió de Mauritania el 2 de enero, contaba con 86 personas a bordo, entre las cuales había 66 nacionales de Pakistán, según información confirmada por la ONG Caminando Fronteras.

En un desesperante giro de los acontecimientos, Marruecos logró rescatar solo a 36 sobrevivientes, entre ellos una adolescente y 22 paquistaníes. La ONG aún no ha podido confirmar el número exacto de niños y mujeres que viajaban en la embarcación. La activista Helena Maleno expresó su descontento en redes sociales, indicando que “trece días de angustiosa travesía pasaron sin que llegara el rescate”.

''Dimos la alerta hace seis días a todos los países que comparten aguas de rescate, como marca nuestro protocolo ante una embarcación desaparecida'', mencionan desde la organización.

Este naufragio marca la segunda tragedia documentada del 2025. La primera, ocurrida el 1 de enero, logró que un cayuco con 60 personas arribara al sur de Tenerife, aunque con la lamentable noticia de dos fallecidos, uno de ellos aparentemente un menor.

La ruta atlántica hacia Canarias continúa siendo la más mortal del mundo. En 2024, al menos 9.757 personas perdieron la vida intentando realizar este viaje arriesgado desde África Occidental. Las estadísticas sombrías indican que en 2024 hubo un promedio de 28 muertes de migrantes al día, superando el récord del 2023, cuando murieron 6.007 personas.

Los cayucos que zarpan de Mauritania suelen ser embarcaciones de fibra de vidrio, sobrecargadas y extremadamente vulnerables. El informe 'Monitoreo del Derecho a la Vida 2024' de Caminando Fronteras resalta que esta ruta ha llegado a ser una de las más activas y peligrosas del mundo, con 6.829 vidas perdidas solo el año pasado.

En la mayoría de estos casos, las embarcaciones están ocupadas por personas en tránsito que huyen de conflictos armados, el impacto del cambio climático, matrimonios forzados y explotación laboral. La ONG señala que ha habido un alarmante aumento de niños y adolescentes que buscan refugio, así como un número creciente de mujeres provenientes de regiones del Sahel, donde tradicionalmente eran los hombres quienes emprendían el viaje migratorio.

El primer funcionario en reaccionar a esta tragedia desde el Gobierno de Canarias ha sido Mariano Hernández Zapata, consejero de Transición Ecológica, quien calificó la situación como una “tragedia” y pidió una pronta intervención frente a la crisis inmigratoria que enfrenta la región. "Día tras día, escuchamos sobre nuevos fallecidos. Debemos actuar y tomar decisiones", aseguró Zapata.

Asimismo, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, manifestó su indignación en redes sociales, afirmando: “No podemos ser solo testigos. El Estado y Europa deben actuar. No podemos seguir permitiendo que el Atlántico se convierta en un cementerio para africanos. Este drama humanitario no puede continuar ignorándose.”

La diputada del Común, Lola Padrón, también hizo un llamado urgente para evitar que el Atlántico siga siendo ''el cementerio de África''. Reclamó medidas inmediatas para proteger los derechos humanos de los migrantes: “No podemos permitir que esto siga sucediendo, debemos reaccionar ya''.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación un fenómeno que pone de manifiesto la cruda realidad de muchas personas que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor. ¿Hasta cuándo se mantendrá esta barbarie en el corazón del Atlántico?