The Cure desata nostalgia en su único concierto del año: la eterna angustia del adolescente moderno
2024-11-02
Autor: Ana
Los fans de The Cure, considerados eternos adolescentes atrapados en su agonía existencial, se sumergieron en un mar de emociones durante el único concierto que la banda ofrecería este año, celebrado en la icónica sala Troxy de Londres. La presencia de Robert Smith es, sin duda, como un cálido abrazo que invita a seguir adelante.
La noche comenzó con 'Alone', la potente balada de su nuevo álbum 'Songs Of a Lost World'. Con sus 65 años, Smith se ha convertido en un símbolo de resistencia y autenticidad, y su voz, inconfundible y melancólica, nos recordaba que hay un mensaje de esperanza detrás de cada una de sus letras. “Este es el final de cada canción que cantamos en soledad”, reflexionó al inicio, conectando de inmediato con el público.
El concierto se prolongó por casi tres horas, y culminó con la emblemática 'Boys Don’t Cry', un himno que ha resonado con generaciones de personas que luchan contra la adversidad en la vida. La voz de Smith, fresca y envolvente, nos transportó a esos momentos de soledad compartida que tantos adolescentes siguen viviendo hoy en día.
Más allá de las filas que se formaron en Troxy, cientos de miles de fans pudieron seguir el evento en el canal oficial de YouTube de la banda, lo que demuestra la relevancia de The Cure en el panorama musical actual. Desde su estilo único hasta las letras que exploran la angustia y la melancolía, Smith continúa siendo un referente para todas las edades.
Robert Smith, que ha mantenido a su lado al bajista Simon Gallup mientras otros miembros de la banda han ido cambiando, sigue siendo un ícono del rock alternativo. Su estética inconfundible, con ese pelo enredado y labios pintados, ha influido incluso en personajes del cine y la cultura pop, como Edward Scissorhands de Tim Burton o el solitario Allison de 'The Breakfast Club'.
A pesar de que el tiempo ha pasado, su destreza musical permanece intacta. La audiencia, compuesta por fans de varias generaciones, disfrutó de un setlist que incluyó las ocho canciones de su nuevo álbum, el primero en 16 años, además de clásicos como 'Lullaby', 'Pictures of You' y 'Just Like Heaven'. Críticos y seguidores alaban el regreso de la banda, comparando este nuevo trabajo con su obra maestra 'Disintegration' de 1989.
Al tratar el poderoso tema 'A Fragile Thing', la banda parece reflejar un 'mundo perdido', pero eso no detuvo la energía del espectáculo. Después de un breve descanso, Smith y compañía regresaron con una vitalidad sorprendente, demostrando que no han perdido ni un ápice de calidad.
A pesar de que bailar nunca ha sido el fuerte de Smith, la intensidad de sus interpretaciones lo lleva a abrir los brazos y a dejarse llevar por la música, haciendo que todos en el Troxy se unan en un canto colectivo de reminiscencias. Y aunque es conocido por su melancolía, es un hombre felizmente casado desde hace 36 años con Mary Poole, lo que añade una capa de humanidad a su figura pública.
En tiempos de incertidumbre, The Cure continúa siendo un faro de esperanza y creatividad sublime. En palabras del crítico Ben Lawrence: "He descubierto la cura - The Cure - para una Gran Bretaña rota”. Esta revelación se siente especialmente pertinente hoy, cuando la música puede ofrecer consuelo y refugio.
A medida que la velada llegó a su fin, quedaba claro que, pese a los años, Robert Smith y su banda se han mantenido como un pilar de la música contemporánea, resonando fuertemente en corazones tanto nuevos como viejos. Para muchos, no solo son recuerdos nostálgicos, sino también un poderoso recordatorio de que la calidad y el arte musical pueden cruzar generaciones y seguir inspirando.