Un estudio reciente ha revelado que aumentar tu actividad física diaria, incluso con solo 1.000 pasos más, podría ser clave para combatir los síntomas de la depresión.

Publicado en la revista JAMA Network Open, el estudio encontró que un mayor número de pasos diarios está vinculado a una disminución de los síntomas depresivos. El Dr. Bruno Bizzozero-Peroni, investigador posdoctoral en el Centro de Investigación Sanitaria y Social de la Universidad de Castilla-La Mancha en España, aseguró que "promover la actividad física en las personas puede ser una estrategia efectiva para prevenir la depresión".

Este análisis abarcó 33 estudios que involucraron a más de 96.000 adultos. Según el Dr. Karmel Choi, psicólogo clínico de la Facultad de Medicina de Harvard, el número de pasos necesarios para notar una mejora en la salud mental podría ser menor al esperado. Contrario a la creencia popular de que se deben dar 10.000 pasos al día, un mínimo de 7.000 pasos también puede ser beneficioso. Además, el Dr. Brendon Stubbs del King's College London indicó que incrementar la caminata diaria en solo 1.000 pasos puede reducir el riesgo de depresión futura en un 9%.

Es importante destacar que, aunque los estudios son prometedores, se requieren más investigaciones, especialmente enfocadas en poblaciones con depresión clínica, ya que la mayoría de los realizados hasta ahora han sido observacionales. Esto plantea la pregunta: ¿caminar realmente mejora la depresión o son las personas deprimidas las que tienden a moverse menos?

No obstante, la necesidad de moverse para sentirte mejor mentalmente no es novedad. Aumentar la actividad física puede ser crucial para reducir la depresión. Además de aumentar los pasos diarios, hay múltiples formas de promover la salud mental. Choi menciona que el recuento de pasos es solo un indicador de actividad física y que no todas las formas de ejercicio, como el yoga, son capturadas adecuadamente por este método.

En la actualidad, las recomendaciones de actividad física son de 150 minutos de ejercicio moderado o vigoroso cada semana. Adaptar estas recomendaciones a lo que realmente te motiva puede ser crucial. Ya sea contando pasos o registrando horas de actividad, cualquier movimiento es mejor que ninguno.

Encontrar la motivación para ejercitarse puede ser un desafío, especialmente en momentos de depresión. Establecer objetivos poco realistas a menudo puede ser desalentador. El Dr. Michael Noetel, de la Universidad de Queensland, sugiere que buscar apoyo social, unirse a grupos de fitness o simplemente compartir el ejercicio con un amigo puede aumentar considerablemente la probabilidad de adherirse a un régimen de actividad.

La clave para tener un estilo de vida activo es hacerlo agradable. Puedes motivarte a disfrutar del ejercicio escuchando audiolibros o probando nuevas clases. Cuanto más disfrutes, más fácil será superar los obstáculos para mantenerte en movimiento. Y si alguna vez te encuentras desmotivado, recuerda ser amable contigo mismo y tener un plan B. ¡Después de todo, tu felicidad está en juego!