¿Se están replegando las tropas rusas de Siria? Esa es la inquietante pregunta que ha capturado la atención de analistas y expertos en Oriente Medio en los últimos días. Tras el derrocamiento del régimen de Bashar al Asad hace casi dos semanas, los investigadores de fuentes abiertas han reportado movimientos inusuales en las bases militares rusas en Siria.

Los satélites han captado este éxodo, mostrando helicópteros de ataque y sistemas de defensa S-400 desmantelados, listos para ser transportados. Además, se han observado imágenes de personas con maletas esperando en vuelos y grandes aviones de transporte siendo cargados con armamento. Este aumento en la actividad ha generado alarmas, especialmente tras la salida de los buques de la marina rusa de su puerto en Tartus el 11 de diciembre. Este puerto, la única base naval de Rusia fuera del antiguo territorio soviético, ha sido un punto estratégico clave, con el objetivo de contrarrestar operaciones de la OTAN en el Mediterráneo, según el Instituto para el Estudio de la Guerra.

A juicio de Nanar Hawach, analista para Siria del Crisis Group, Rusia está actualmente operando bajo la protección de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), con fuerzas de este grupo armado resguardando los convoyes rusos. Sin embargo, la relación entre ambos es compleja, dado que Rusia ha jugado un papel crucial en combates contra HTS en el pasado.

¿Significa esto que Rusia está dirigiéndose a Libia? Por el momento, esto es solo especulación, según Jalel Harchaoui, politólogo experto en Libia del Real Instituto de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad en el Reino Unido. Sin embargo, es evidente que la situación está cambiando y que, independientemente de su decisión de permanecer o partir, los rusos enfrentarán nuevos desafíos logísticos y de seguridad en Siria.

Libia se ha vuelto un punto de interés creciente para Rusia. En informes recientes de 2024, se indica que Rusia ha estado ampliando y fortificando sus bases aéreas en Libia, con nuevas estructuras y armamento. La situación en Libia es tensa y dividida, con gobiernos rivales luchando por el control y la intervención de potencias extranjeras como Rusia y Turquía que complican aún más la situación.

El futuro de la presencia rusa en este país podría alterar el frágil equilibrio de poder en la región, y la caída de Al Asad podría tener repercusiones en el conflicto libio, potencialmente reiniciando hostilidades. Si Rusia logra establecer una base más permanente en Libia, esto representaría un desafío significativo para la OTAN y la dinámica de seguridad en la región. ¿Qué planes tiene realmente Rusia y cómo afectará esto a las potencias occidentales en sus esfuerzos por mantener la paz en el Mediterráneo?