La semana pasada, el Gobierno, la patronal y los sindicatos firmaron un acuerdo histórico sobre pensiones, marcando el primer pacto de la legislatura y el cuarto desde 2021.

Este acuerdo se basa en dos pilares fundamentales que garantizan su validez y durabilidad: la legitimación social, alcanzada a través del diálogo entre las partes, y la legitimación política, alineada con las recomendaciones del Pacto de Toledo, un acuerdo que se ha convertido en la referencia clave para la reforma de pensiones en España.

Un avance hacia un sistema de pensiones más moderno y justo

Este pacto supone un significativo avance en nuestro sistema de Seguridad Social, enfocándose en dos aspectos críticos: la compatibilidad entre trabajo y pensión, y la protección de la salud de los trabajadores.

La primera línea de acción busca facilitar una salida gradual y flexible del mercado laboral, poniendo fin a la abrupta jubilación que actualmente se vive en el país. Este cambio es vital en el siglo XXI, donde las oportunidades generadas por las nuevas tecnologías y el aumento de la esperanza de vida exigen un enfoque más adaptado a la realidad actual. Así, se refuerza el derecho a una jubilación digna, ofreciendo más opciones a los trabajadores para compaginar su vida laboral con su jubilación.

El acuerdo introduce condiciones mejoradas para la jubilación parcial y un contrato de relevo más atractivo para aquellos que deseen permanecer en activo más allá de la edad de jubilación establecida.

Protección de la salud laboral: un nuevo enfoque

La segunda línea de actuación del acuerdo se centra en la salud de los trabajadores, introduciendo dos mecanismos clave. Primero, se establecen excepciones a la edad ordinaria de jubilación para trabajos considerados penosos, peligrosos o insalubres, permitiendo el adelanto de la edad de jubilación sin penalizaciones, tal como lo estipula la Recomendación 12 del Pacto de Toledo.

El segundo mecanismo, en respuesta a la creciente preocupación por los procesos de incapacidad temporal post-pandemia, busca mejorar el uso de los recursos de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social. Esto se logrará mediante convenios que optimicen la atención sanitaria y la recuperación de los trabajadores, aliviando así la presión sobre los sistemas de salud pública.

Un futuro esperanzador para trabajadores y jubilados

A pesar de la dificultad de encapsular la trascendencia de este acuerdo en pocas líneas, es imperativo reconocer su impacto positivo en la vida de millones de trabajadores actuales y futuros jubilados. No solo asegura una legitimidad social respaldada por sindicatos y la patronal, sino que también promete mejorar significativamente las condiciones de vida en un panorama marcado por desafíos laborales y sanitarios.

En resumen, este nuevo acuerdo no es solo un avance en las políticas sociales de España; es un paso hacia un futuro donde trabajo y bienestar en la jubilación coexisten armónicamente, proporcionando una calidad de vida digna para todos.