Un equipo de investigadores del Centro de Investigación e Tecnología Matemática de Galicia, respaldado por las tres universidades gallegas, ha alcanzado un logro significativo en el tratamiento del vértigo persistente gracias al uso innovador de la inteligencia artificial (IA) y el machine learning. Este proyecto, liderado por Alberto Pérez Muñizuri y en colaboración con Ismael Arán de la Facultad de Física de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), está cambiando la vida de muchos pacientes que sufren de esta patologí­a incapacitante.

Los ensayos clínicos se llevan a cabo en colaboración con destacados especialistas en otorrinolaringología de hospitales como el Complejo Hospitarario Universitario de Santiago (CHUS), Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) y Hospital Universitario de Pontevedra (CHUP), donde los expertos en esta área, como Andrés Soto y Marcos Rossi Izquierdo, están en la primera línea de esta innovación.

El vértigo persistente, que afecta a un porcentaje considerable de la población, se origina en el oído interno, en estructuras que permiten la percepción del equilibrio. Este trastorno ocurre cuando las partículas de calcio, que habitualmente se encuentran en otras partes del oído, se desplazan a los canales responsables de la orientación, interrumpiendo así el movimiento del líquido endolinfático. Como consecuencia, el cerebro recibe señales confusas que resultan en esa desconcertante sensación de caída o de movimiento en el entorno.

La utilización de la IA permite a los investigadores analizar grandes volúmenes de datos sobre el comportamiento del equilibrio y las percepciones del paciente. A través de algoritmos de machine learning, se están desarrollando tratamientos personalizados, optimizando así la recuperación de los pacientes. Este enfoque no solo tiene el potencial de transformar el manejo del vértigo, sino que también puede abrir las puertas a tratamientos innovadores para otros trastornos relacionados con el equilibrio.

Con este avance, los científicos gallegos han demostrado que la combinación de tecnología y medicina puede marcar un antes y un después en la calidad de vida de muchas personas afectadas por este problema debilitante.