Finanzas

¡Revelador! El Banco de España Aumenta su Pronóstico de Crecimiento al 2,8%, ¿Qué Implicaciones Tendrá Esto?

2024-09-17

El Banco de España ha sorprendido al mercado al elevar su previsión de crecimiento para este año al 2,8%, un aumento significativo de cinco décimas respecto al 2,3% previsto hace solo tres meses. Este ajuste se debe a datos del PIB que superaron las expectativas de los analistas, con el primer trimestre creciendo un 0,8% en lugar del 0,7%, y un segundo trimestre que también alcanzó el 0,8%, contrastando con el modesto 0,2% de crecimiento de la zona euro.

Este optimismo no es casual. La mejora en las previsiones, que se enmarca dentro del nuevo liderazgo de José Luis Escrivá, se fundamenta en un desempeño del sector exterior que ha excedido con creces lo anticipado. A pesar de la desaceleración en Europa, el turismo foráneo ha visto un repunte notable, con un aumento significativo en el gasto y una mayor diversificación en las llegadas a diferentes periodos y regiones. Además, las importaciones han crecido menos de lo que se esperaba, en parte debido a una disminución en la inversión y exportación de manufacturas que requieren insumos del extranjero, junto con un ahorro en la factura energética gracias al aumento en la producción de energías renovables.

Las exportaciones de mercancías también han mostrado un notable dinamismo, lo que refuerza la competitividad de la economía española en el exterior. Un factor clave ha sido el aumento significativo de la población extranjera en el mercado laboral, que ha contribuido al crecimiento del empleo: mientras que la afiliación de trabajadores españoles creció un 1,7% hasta la fecha, la de los extranjeros se disparó un 7,7%, representando ya un 13,5% del total de inscritos en la Seguridad Social.

Sin embargo, a pesar de estas cifras positivas, el consumo privado y la inversión permanecen en niveles relativamente modestos. Las compras de las familias están un 3% por debajo de las cifras prepandemia, con caídas especialmente marcadas en la adquisición de automóviles y bienes duraderos. Esta reducción en el consumo se observa de manera generalizada, aunque las familias cuyos sostenedores son mayores de 65 años han visto un incremento del 2% en su consumo. Por su parte, la inversión en bienes de equipo por parte de las empresas todavía se sitúa un 6% por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que podría poner en riesgo la capacidad de la economía española para mantener su actual dinamismo.

El informe del Banco también menciona que la creación de empleo mostró señales de desaceleración en julio y agosto, una tendencia que es coherente con el fenómeno observado en otras economías avanzadas. Existe preocupación por el estancamiento de la cifra de parados de larga duración, que se mantiene en 1,1 millones, lo que sugiere que muchos desempleados podrían estar en una situación estructural, afectando así la tasa de desempleo proyectada para 2026, que apenas bajará del 11%.

A pesar de estos desafíos, el consumo de los hogares podría seguir recuperándose en el tercer trimestre, impulsado por datos positivos en crédito al consumo y matriculaciones de vehículos. Se estima un crecimiento entre julio y septiembre del 0,6%, aunque se prevé que estas tasas se moderarán con el tiempo, esperando un crecimiento del PIB del 2,2% en 2025 y del 1,9% en 2026.

Desde el Banco de España se explica que este crecimiento estará respaldado por la recuperación del consumo, el empleo y el poder adquisitivo de los salarios, en un entorno de precios moderados y un ahorro familiar alto. Asimismo, se anticipa que la inversión empresarial aumentará con el apoyo de los fondos europeos, que en el pasado año alcanzaron un 0,7% del PIB y se espera que este año lleguen al 1%.

Sin embargo, una advertencia importante es que estas previsiones no incluyen los ajustes fiscales exigidos por las nuevas reglas europeas, que podrían impactar negativamente en la actividad económica a corto plazo. Se prevé que el esfuerzo necesario para mantener la sostenibilidad fiscal sea del 0,5% del PIB anual, algo que el Banco enfatiza como crucial en su comunicación a las autoridades.

Finalmente, los precios siguen un curso de moderación con una proyección de incremento del IPC del 2,9% para 2024 y del 2,1% para 2025, factores que podrían estar influenciados por la rebaja del IVA en productos básicos y la evolución de los precios energéticos. Todo esto señala a un panorama mixto donde, aunque hay avances significativos, persisten retos importantes que requerirán atención y planificación adecuada en el camino hacia la recuperación económica.