En una reciente conversación con Quique Peinado en "El Vestuario de Relevo", Amaya Valdemoro, una de las más grandes figuras del baloncesto español, reveló aspectos profundos de su vida como atleta de élite. Habló sobre las duras exigencias físicas y mentales que ha enfrentado a lo largo de su carrera, destacando el infierno que puede ser vivir tras tantas lesiones y el impacto negativo de esos años de presión.

En la charla, Valdemoro mencionó que, a pesar de su éxito, ha vivido con un dolor físico constante. "Ahora doy tres pasos corriendo y no aguanto", confesó, señalando que a lo largo de su carrera soportó lesiones que le llevaron a estar hospitalizada y a someterse a varias operaciones en sus rodillas.

"Había entrenadores que no me dejaban beber agua", recordó, añadiendo que la cultura del deporte en su época era extremadamente rigurosa y que la salud de los atletas a menudo se pasaba por alto. "Entrenar, entrenar y entrenar, era lo único que importaba", enfatizó. Esta autoexigencia le ha pasado factura, y Valdemoro ahora vive con las secuelas de una vida dedicada al baloncesto, incluyendo problemas circulatorios y la necesidad de medicación anticoagulante.

Con nostalgia, Valdemoro comparó su época con la actual, reflexionando sobre cómo los atletas de hoy tienen acceso a mejor información y recursos. "Ojalá me hubiese tocado vivir esta época, creo que habría sido mejor jugadora", expresó, lamentando que los conocimientos sobre alimentación y cuidado físico no estaban tan desarrollados en su tiempo.

El dolor emocional es igualmente importante en su discurso. Recordó la trágica pérdida de su madre a los 18 años, un momento que marcó profundamente su vida y su carrera. "Mi padre se volcó en mí tras su muerte, y eso me ayudó a seguir adelante", comentó. Sin embargo, la presión era inmensa, y en momentos de duda, siempre encontró consuelo en la memoria de su padre, quien la instaba a ser la mejor versión de sí misma, tanto dentro como fuera de la cancha.

La conversación con Quique reveló el verdadero coste del éxito en el deporte; Amaya Valdemoro ha sido una pionera, pero ha pagado un alto precio por su dedicación. A día de hoy, sigue siendo una inspiradora figura en el mundo del deporte, mostrando que detrás de cada éxito, hay sacrificios y luchas personales.