Las críticas despiadadas de Esteban González Pons hacia Donald Trump han sacudido los cimientos del Partido Popular (PP) en España. En un artículo incendiario publicado en 'Las Provincias', el vicesecretario de Institucional del PP no escatimó en adjetivos al calificar al nuevo presidente de Estados Unidos como un "ogro naranja" y "macho alfa de una manada de gorilas", provocando sorpresa y desacuerdo en diversas facciones del partido.

Las reacciones no se hicieron esperar. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, fue una de las voces más críticas, enviándole un mensaje claro y contundente a Pons: "Estás a la izquierda de Iglesias y Monedero". Aguirre, figura emblemática del PP, expresó su desdén hacia las declaraciones de su compañero, tachándolas de "desafortunadas". En una entrevista en La Sexta, subrayó que Pons había confundido su rechazo personal hacia Trump con la necesidad de hacer afirmaciones insensatas que, según ella, son para rechazar totalmente.

Por otro lado, Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, se apresuró a desvincular al partido de las declaraciones de Pons, asegurando que su opinión era "a título particular" y no reflejaba la postura oficial del PP. A pesar de los intentos de minimizar la controversia, las tensiones internas dentro del partido parecen intensificarse.

Alfonso Serrano, el secretario general del PP en Madrid, también tomó la palabra, sugiriendo una perspectiva menos crítica hacia las decisiones democráticas de Estados Unidos. Esto añade más leña al fuego en un partido que atraviesa una crisis de identidad y necesita reafirmar sus principios.

Desde Vox, las demandas fueron aún más severas. Santiago Abascal, líder de la formación, no dudó en exigir la dimisión de González Pons, calificando sus declaraciones como "inadmisibles". La presión aumentó al punto de que el eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, solicitó formalmente la reprobación de Pons ante el Parlamento Europeo. ¿Es este el principio del fin para Pons? Las repercusiones de esta polémica podrían ser profundas en el futuro del PP en España.