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Mireia Oriol, protagonista de 'Soy Nevenka': "Me he cansado de ser una niña buena: no sirve para nada"

2024-09-27

Mireia Oriol, de 28 años, ha cobrado vida en la pantalla como Nevenka Fernández, la primera mujer en España en denunciar un caso de acoso sexual en la política. En la película 'Soy Nevenka', dirigida por Icídar Bollaín, Oriol se adentró en la vida de esta concejala que, aunque ganó en los tribunales, perdió en la opinión pública debido a la presión de la sociedad y los medios, que se traducían en juicios populares repletos de estigmas.

Durante el rodaje, Oriol experimentó una conexión profunda con Nevenka. "Quería que ella se sintiese orgullosa", aseveró, reconociendo que la presión que sentía era autoimpuesta. Sin embargo, esa carga se desvaneció al darse cuenta de que tanto Nevenka como la directora depositaban confianza en su actuación. La carga emocional fue intensa, con secuencias que la dejaron tocada. Aprendió a manejar sus emociones, permitiéndose llorar después de algunas escenas difíciles, un proceso que fue fundamental para su interpretación.

La historia que representa es desgarradora, abordando temas como los abusos, la ansiedad y la depresión. A pesar de las profundas heridas que la trama puede abrir, la actriz habló sobre cómo estos momentos dejaron una huella positiva en su vida. "Me he dado cuenta de que sentir miedo es parte del proceso creativo", agregó, indicando que esas experiencias la ayudaron a encontrar su voz como artista.

Oriol también reflexionó sobre la percepción de la sociedad hacia lo que sucedió con Nevenka. Destacó que la cultura machista opera en diversas capas y que la responsabilización de las víctimas no es un fenómeno nuevo. Al abordar las reacciones despectivas que aún persisten, subrayó que había habido un cambio significativo en la forma en que la sociedad reacciona desde casos emblemáticos como el de La Manada. "Ahora se apoya más a la víctima", comentó, aunque reconoció que la mentalidad aún persiste bajo la superficie.

En cuanto a la representación de escenas de sexo en la película, Oriol admitió que le generaban incomodidad. Sin embargo, gracias a la preparación y las conversaciones previas, encontró una manera de abordar las escenas con respeto y convicción. "Nunca pensamos que sería fácil", reflexionó sobre su experiencia en el set.

En la conversación, Oriol también desnudó su propia relación con su identidad. Desde pequeña, ha experimentado la infantilización en muchas ocasiones. "Siempre me han llamado la 'niña', incluso ahora que tengo 28 años", se quejó, subrayando la necesidad de romper estereotipos.

Lo más revelador de esta entrevista es su cambio de perspectiva sobre sí misma. "Me cansé de ser una niña buena", revela, remarcando que es fundamental ser respetuosa consigo misma. Su viaje en el cine no solo representa a Nevenka, sino también a muchas mujeres que buscan ser escuchadas y vistas. Vive en Barcelona, donde encuentra apoyo en su círculo cercano, alejándose del frenético ritmo de Madrid que, aunque le encanta, siente que le genera ansiedad.

Mireia Oriol está aquí para quedarse. Con su fortaleza y vulnerabilidad, su papel como Nevenka podría impulsar una conversación necesaria sobre el acoso sexual y la igualdad de género, y es un recordatorio de que, aunque el camino puede ser desafiante, la verdad y la voz de las mujeres nunca deberían ser silenciadas.