Un término destaca en las conversaciones de exfutbolistas sobre Abelardo: cercano. Javi Casquero, Alberto Lora, Tomás Pina, Javi López y Víctor Sánchez, que fueron dirigidos por él en varios equipos como el Sporting de Gijón, el Espanyol y el Alavés, lo describen de esta manera. La atención se centra nuevamente en él tras un incidente en una rueda de prensa después de la dolorosa derrota del Cartagena ante el Oviedo, donde su reacción sorprendió a muchos. Sin embargo, lo que muchos no saben es que dos días más tarde, el técnico, reconociendo su error, se comunicó con el periodista afectado para disculparse.

Alberto Lora recuerda sus fases de entrenamiento con Abelardo en el Sporting, destacando su capacidad para relacionarse con los jugadores. "Él siempre buscaba sacar lo mejor de nosotros, su experiencia como futbolista a alto nivel le permitía entender nuestras situaciones", dice Lora, quien vivió la transición de joven talento a jugador profesional bajo su tutela en la temporada 2014-2015, cuando lograron el ascenso.

Javi Casquero, aunque no coincidió mucho con Abelardo como jugador, lo conoce desde su etapa en el filial y describe cómo, a pesar de ser un entrenador inexperto en el fútbol profesional, demostró un profundo conocimiento del Sporting y Mareo. "Era un tipo abierto, siempre dispuesto a escuchar y a ayudar", recuerda Casquero.

Ambos jugadores señalan que, aunque Abelardo es enérgico y serio cuando es necesario, su carácter abierto y accesible los sorprendía. Sin embargo, el contraste es evidente cuando se enfrenta a los medios. Casquero destaca cómo el técnico puede sentir la presión de la prensa y reaccionar de manera defensiva, algo que nació de sus experiencias previas y de las difíciles circunstancias alrededor del equipo.

La presión se hizo evidente en la rueda de prensa del 2016, cuando Abelardo perdió su temperamento tras una crítica, subrayando la diferencia de su comportamiento frente a los jugadores en el vestuario. "Él es muy humano y siempre busca que los jugadores estén cómodos, pero también se siente frustrado con la cobertura mediática que a veces no refleja el esfuerzo detrás del equipo", apunta Lora.

Tomás Pina también se une al coro de elogios sobre Abelardo, mencionando cómo su cercanía y anécdotas personales crean un ambiente de confianza. Pina enfatiza que, aun siendo un líder fuerte, Abelardo se preocupa genuinamente por el bienestar de sus jugadores. "Él trae un psicólogo porque entiende la importancia de la salud mental en el deporte", añade Pina, recordando momentos del COVID-19 donde Abelardo mantuvo al equipo unido.

Abelardo también es recordado por dos etapas en el Alavés, donde demostró su capacidad de adaptación y liderazgo. Su primera llegada fue en una fase crítica, y aunque las cosas continuaron complicadas en su segundo paso, el equipo tenía una historia de éxito previa que resalta su habilidad para motivar y conectar con el grupo.

Finalmente, la conclusión de muchos exjugadores es que a pesar de sus explosiones en conferencias, Abelardo es un buen hombre, un excelente entrenador que siempre busca lo mejor para su equipo. La complejidad de las dinámicas del fútbol profesional a menudo pone a los entrenadores en situaciones difíciles, que a veces son malinterpretadas por el público.

Así que, mientras la imagen de Abelardo en los medios pueda parecer distante y dura, aquellos que han trabajado con él saben que su verdadero ser es completamente diferente; un hombre que se esfuerza por ser cercano y comprensivo en su papel como entrenador.