Los Impactantes Efectos Psicológicos de los Nuevos Medicamentos para la Obesidad: ¿Realmente Funcionan?
2025-01-20
Autor: Manuel
A pesar de la efectividad de los nuevos fármacos en la pérdida de peso, las opiniones quedan divididas en el ámbito psicológico.
Tatiana Lacruz, psicóloga sanitaria y directora del Máster de Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad de la Universidad Europea de Madrid, señala que, hasta la fecha, no existe un consenso científico sobre los efectos psicológicos de estos medicamentos. "No hay resultados concluyentes, y muchos de ellos son contradictorios", afirma.
Entre los tratamientos más discutidos se encuentra la semaglutida, presente en medicamentos como 'Ozempic', que el organismo regulador de medicamentos, la EMA, está analizando debido a un posible vínculo con afecciones oculares raras.
Los estudios en la sintomatología depresiva presentan resultados dispares: algunos sugieren que el uso de estos nuevos medicamentos mejora los síntomas de depresión, mientras que otros no demuestran cambios o incluso indican un empeoramiento de la condición. Lacruz enfatiza que "esto depende de múltiples factores, y los datos aún no son definitivos".
Una preocupación específica gira en torno a los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). La experta advierte que los nuevos fármacos podrían no ser adecuados para estas personas, ya que existe el riesgo de un uso inadecuado. Si bien los episodios de atracones pueden disminuir durante el tratamiento, su posible reaparición, e incluso intensificación, tras la suspensión del medicamento es real. "Es fundamental realizar una evaluación previa para descartar un trastorno alimentario, similar a lo que se hace en cirugías bariátricas", añade.
El enfoque del tratamiento de la obesidad necesita ser multidimensional, ya que debe considerar la parte psicológica y social, no solo centrarse en la reducción de peso. "Cada paciente tiene causas y características particulares que alimentan su obesidad", subraya Lacruz, insistiendo en que la pérdida de peso no debe ser el único objetivo.
Además, refiere que la psicología juega un papel crucial, ya que la conducta alimentaria se ve influenciada por factores como el aprendizaje, la gestión emocional y el estrés diario. El estigma relacionado con la obesidad también desencadena problemas como ansiedad y depresión, llevando a una baja adherencia a los tratamientos. En consecuencia, la intervención psicológica se vuelve esencial para mejorar la calidad de vida de quienes sufren de obesidad.
En resumen, la llegada de nuevos fármacos para el tratamiento de la obesidad plantea preguntas críticas sobre su efectividad no solo en el aspecto físico sino también en el psicológico. La evaluación y el enfoque integral son clave para optimizar su uso y garantizar el bienestar del paciente. ¿Estamos preparados para abordar estos desafíos con la seriedad que merecen? Esa es la pregunta que todos debemos considerar en este debate actual.