Finanzas

La sorprendente paradoja del ahorro en España: Más pensionistas, menos consumo

2024-10-02

En el año 2024, una verdad se impone: los hogares españoles no estarán desprovistos de ahorros. Entre enero y junio, la acumulación de ahorro llegó a rozar el 14% de la renta bruta disponible, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra, la más alta desde 2021, se produce en un entorno donde los españoles adoptan un enfoque más conservador a la hora de gastar. Sin embargo, la dependencia del ahorro entre los pensionistas tanto presentes como futuros está generando un efecto alarmante en el consumo.

Por ejemplo, el gasto familiar solo creció un 6,7% mientras que la renta disponible bruta aumentó casi un 9% interanual. Esto sugiere que la tasa de ahorro se ha mantenido por encima del consumo, a pesar de ser una de las fuerzas motrices de la economía en el segundo trimestre del año. A pesar de un crecimiento demográfico de 1,29 millones de personas, el gasto privado apenas ha superado en un punto los niveles de 2019, reflejando un consumo individual que aún no se recupera del azote de la crisis inflacionaria y los aumentos de tasas de interés.

El economista Miguel Cardoso de BBVA Research observa que aunque la renta de los trabajadores está experimentando un crecimiento, este aumento se debe principalmente a la creación de empleo y no a un incremento real de los salarios. Para muchas familias donde no ha habido un crecimiento en el número de miembros trabajando, los ingresos han crecido por debajo de la inflación, limitando su capacidad de consumo.

Históricamente, durante la mediana edad, los españoles tienden a ahorrar más al haber saldado deudas, como la hipoteca de una vivienda. El contexto actual sugiere un envejecimiento progresivo de la población, que podría resultar en una menor tasa de ahorro a largo plazo, pero un aumento temporal durante la transición hacia una sociedad predominantemente compuesta por personas mayores.

Sin embargo, esta tendencia podría estar cambiando debido a dos factores clave: el aumento de la esperanza de vida y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de las pensiones. Según el Banco de España, esto podría implicar que los pensionistas estén consumiendo menos que generaciones anteriores, además de una caída en la natalidad que limita las herencias familiares y, por ende, podría incrementar la demanda de instrumentos financieros que garanticen rentas vitalicias.

Efectos de un país envejecido

España se encuentra entre los países europeos con un alto porcentaje de personas mayores, con un 20% de la población ya superando los 65 años, cifra que podría ascender a más del 30% en 2050. Este incremento significa una mayor presión sobre el Estado, con 6,3 millones de pensionistas a día de hoy, un millón más que hace una década, y un descenso en las contribuciones a la Seguridad Social que financian las pensiones.

Como explica Cardoso, gran parte del aumento en la renta disponible va dirigido a personas con una propensidad marginal al gasto más baja. Este fenómeno está vinculado con la reciente revisión al alza de las pensiones ajustadas al IPC, que ha permitido a muchos pensionistas protegerse del impacto de la inflación, manteniéndose relativamente estables frente a la crisis de precios.

El Banco de España también destaca que la evolución del ahorro de la población mayor se relaciona casi por completo con la generosa disponibilidad de las pensiones públicas, aunque ese dinero no se está utilizando, sino que permanece en sus carteras. Al disminuir las necesidades diarias de consumo, dado que muchos de ellos ya no viajan a su lugar de trabajo y tienden a comer en casa, su enfoque cambia hacia ahorrar para eventualidades relacionadas con la salud o el bienestar de sus descendientes.

Además, un factor significativo detrás del aumento del ahorro en los últimos años ha sido el incremento de los ingresos en la clase alta. CaixaBank menciona en un informe que la renta de la propiedad ha crecido gracias a los dividendos y otras inversiones, lo que ha beneficiado a las familias más acomodadas, quienes se encuentran en paralelo a los pensionistas como los que más ahorran y menos consumen.

Finalmente, la moderación de la inflación y la recuperación salarial de los trabajadores están también influyendo en la creciente tasa de ahorro, lo que ha sorprendido gratamente a muchas familias, que estaban preparándose para un panorama de precios más altos ajustes en su consumo.