Donald Trump está nuevamente en el centro de atención, ya que busca recuperar la presidencia de Estados Unidos, un cargo que ocupó desde 2017 hasta 2020. Sin embargo, su influencia va más allá de la política. Durante años, Trump fue una figura prominente en el mundo empresarial y mediático, conocido por su carisma y su deseo de captar la atención del público. Una de sus iniciativas más peculiares fue la creación de una carrera ciclista que pretendía rivalizar con el emblemático Tour de Francia, llamada inicialmente 'Tour de Trump'.

La idea de esta competencia surgió tras la cobertura del Tour de Francia en 1986, la cual fue ganada por el ciclista estadounidense Greg Lemond. Cautivado por la posibilidad de emular tal éxito en su propio país, un periodista se acercó a Trump para que patrocinara esta competencia en la costa este de Estados Unidos. Trump aceptó encantado, aprovechando su red de hoteles y casinos para llevar a cabo el evento.

El nombre 'Tour de Trump' resultó ser un imán para la atención mediática, e incluso desató un par de anécdotas curiosas. En una entrevista, Trump llegó a afirmar que su nombre atraía a más ciclistas al evento. Además, hubo un intento fallido de demandar a una carrera rival en Colorado, llamada 'Tour de Rump', para cambiar su nombre, pero esa batalla legal no prosperó.

La primera edición del Tour de Trump se llevó a cabo en 1989 con una cobertura masiva de NBC y ESPN. La carrera comenzó en un hotel de Trump en Albany y terminó frente a uno de sus casinos en Atlantic City, donde un joven Greg Lemond completó una prueba crucial. El ganador fue Dag-Otto Lauritzen, mientras que el año siguiente vio al ciclista mexicano Raúl Alcalá llevarse el triunfo.

Sin embargo, la ilusión de Trump no duró mucho. La carrera enfrentó dificultades financieras debido a la implosión de los negocios de Trump, lo que llevó a su cancelación. No obstante, los organizadores encontraron un nuevo patrocinador en John du Pont, un magnate heredero del imperio DuPont, y el evento se renombró como 'Tour DuPont'.

La primera edición bajo este nuevo nombre fue un gran éxito, destacando la victoria del ciclista español Eladio Ambite, quien recuerda la experiencia como única, con un ambiente espectacular y un despliegue de recursos que enamoró a los participantes. Según Ambite, el evento era un verdadero show al estilo estadounidense, con música en vivo y pantallas gigantes, algo que era innovador en aquella época.

La historia del Tour de Trump, a pesar de su breve duración, destaca cómo la ambición de una figura polarizadora puede llevar a extrañas y sorprendentes iniciativas que, aunque no tengan éxito a largo plazo, quedan grabadas en la memoria colectiva. ¿Quién habría imaginado que el nombre de Trump estaría ligado a una carrera ciclista? ¡Una lección de cómo los caminos del éxito pueden ser sorprendentes y, a veces, peligrosos!