Una semana después de la catástrofe de la dana que devastó el sur de Valencia, el gobierno regional de Carlos Mazón ha solicitado la ayuda del buque Ramón Margalef, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía, para intensificar la búsqueda de víctimas en las aguas del Mediterráneo. Esta decisión se toma después de que se confirmara que la tormenta trajo consigo un torrente de lluvias que ha dejado su huella en la región.

La situación es crítica, y se asemeja a otros incidentes trágicos en el pasado. Un barco similar, el Ángeles Alvariño, fue esencial en la búsqueda de los cuerpos de Anna y Olivia, quienes se hallaron a una gran profundidad en el mar en un caso de desaparición que conmovió a España en 2021. En esta ocasión, el submarino Liropus 2000 está preparado para explorar el fondo marino, con la capacidad de alcanzar profundidades de hasta 2.000 metros, equipándose con tecnología avanzada para la captura de imágenes y manipulación de objetos.

El martes 29 de octubre, Valencia vivió uno de los días más oscuros de su historia meteorológica, con un récord de lluvia de casi 180 litros por metro cuadrado en solo una hora. Este fenómeno ha dejado a la comunidad en estado de shock, y se ha señalado que en solo tres horas cayó la misma cantidad de lluvia que normalmente se registraría en un año entero, según la Agencia Estatal de Meteorología. Las inundaciones fueron tan severas que arrastraron a algunos residentes durante kilómetros en la comarca de l'Horta Sud. Aunque el balance oficial de muertos supera los 200, las autoridades se muestran cautelosas al facilitar cifras sobre personas desaparecidas, citando la necesidad de prudencia por el temor a la inexactitud de las estimaciones.

La Guardia Civil ha intensificado las operaciones de rescate, localizando tres cuerpos en el Parque Natural de la Albufera de Valencia, lo que subraya la gravedad de la situación. Inés Galindo, coordinadora de emergencias del CSIC, ha recordado la disposición del organismo para apoyar la búsqueda con expertos en inundaciones que se encuentran listos para actuar.

Galindo ha hecho hincapié en que podrían haber más cuerpos en el mar, mientras que el Instituto Español de Oceanografía trabaja para analizar las corrientes marinas y comprender mejor cómo el sedimento y otros materiales han sido movilizados por las inclemencias del tiempo. Por su parte, el equipo del geólogo Andrés Díez Herrero ya había participado anteriormente en la localización de víctimas en desastres naturales, como la reciente dana que afectó a la Comunidad de Madrid en septiembre de 2023.

La colaboración entre diferentes organismos es crucial en momentos como este. El CSIC también está trabajando con el Ministerio del Interior para examinar imágenes satelitales que han revelado extensas áreas de inundación. Según los datos obtenidos de los satélites estadounidenses Landsat, se estima que la dana inundó más de 67 kilómetros cuadrados en Valencia, lo que resalta la magnitud de esta tragedia. Familias enteras siguen a la espera de noticias de sus seres queridos, y la angustia se siente en cada rincón de la comunidad.