La presencia de Penélope Cruz (50) y Javier Bardem (55) en la alfombra roja del Festival de Cine de San Sebastián es un evento poco común pero siempre impactante. Este año, el matrimonio deslumbrante fue el centro de atención, especialmente cuando Bardem recibió el tan esperado Premio Donostia, que no pudo recoger el año anterior debido a la huelga de guionistas en Hollywood.

El emotivo discurso de Bardem incluyó tiernas dedicatorias a sus hijos, Leonardo y Luna, y a su amada esposa Penélope. "Mis niños son los dos seres más maravillosos. Son ángeles en nuestras vidas", comentó el actor. A Penélope, vistiendo un precioso diseño de Chanel y acompañada de su madre, le dedicó conmovedoras palabras: "A la mujer que amo, gracias por ser la persona increíble que eres y por la forma en que gestionas tu vida y la de los que te rodean". También se mostró afectuoso hacia sus hermanos, Carlos y Mónica.

Después de la ceremonia, la pareja disfrutó de una cena exclusiva en el prestigioso restaurante Akelarre, dirigido por el chef Pedro Subijana, con tres estrellas Michelin. Allí, degustaron platos destacados de la alta cocina vasca, como el mosaico de percebes, merluza al vapor de algas, y un suculento trinchado de vacuno. La cuenta oficial de Instagram del restaurante compartió una foto del trío celebrando el premiado momento, con una felicitación a Bardem que expresó la felicidad de tenerlo en su mesa.

Además de la cena, Javier y Penélope encontraron tiempo para disfrutar de la tranquilidad de la bodega de txakolí Hika, en Villabona, acompañados de su amigo cercano, el director Fernando León de Aranoa. Este escapada a la bodega, famosa por sus productos autóctonos, representó un merecido descanso del bullicio del festival.

Sin embargo, el sábado, el ambiente cambió cuando Bardem asistió a un homenaje en honor a su difunto amigo Bigas Luna, el director que les unió profesionalmente y artísticamente. Esta emotiva ocasión recordó las palabras del realizador, quien anhelaba compartir lo que consideraba uno de los mejores jamones del mundo con sus seres queridos. La combinación de celebración y nostalgia marcó una experiencia inolvidable para la pareja, recordándonos la importancia de los lazos familiares y amistosos en el frenético mundo del cine.