La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos acaba de dar un paso audaz al reducir la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual (25 puntos básicos), estableciendo el nuevo rango entre el 4,5% y el 4,75%. Esta disminución se produce en un contexto de crecimiento económico que, aunque sólido, muestra señales de desaceleración en el mercado laboral. Esta es la segunda reunión consecutiva en la que se opta por la relajación monetaria, tras el drástico recorte del 18 de septiembre que redujo la tasa en medio punto (50 puntos básicos).

A pesar de los buenos niveles de crecimiento, la Fed, liderada por Jerome Powell, se mantiene cautelosa ante la incertidumbre del panorama económico. La reciente reelección de Donald Trump como presidente vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de una guerra arancelaria, aumentando la presión sobre la Fed para que tome decisiones más conservadoras y ajuste su enfoque ante las presiones inflacionarias.

En vista de que la inflación todavía supera el umbral deseado, aunque ha mostrado indicios de acercarse al objetivo del 2%, la Fed reafirma su compromiso de equilibrar sus pilares fundamentales: el pleno empleo y la estabilidad de precios. En sus declaraciones, se menciona que "los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido. Desde principios de año, las condiciones del mercado laboral han mejorado, aunque la tasa de desempleo ha subido, permanece en niveles bajos".

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), encargado de dirigir la política monetaria, ha enfatizado su disposición para adaptar la política si surgen riesgos que puedan afectar sus objetivos de inflación o empleo. Este enfoque flexible es crucial dada la situación volátil actual.

La votación de esta reunión fue unánime, un cambio notable respecto a la discusión anterior, donde hubo un voto en contra por primera vez desde 2005. Esta vez, la gobernadora Michelle Bowman apoyó la decisión, reflejando un consenso dentro del comité. Las actas de la reunión de septiembre mostraron una ligera división entre los miembros sobre cómo proceder con los recortes, lo que indica que aún hay diferencias en la forma de responder a un entorno económico en constante cambio.

Finalmente, en medio de las tensiones políticas, Powell respondió de manera clara a las preguntas sobre su potencial renuncia si Trump así lo solicite. Afirmó rotundamente: "No". Esto asegura a los mercados que la Fed se comprometía a tomar decisiones basadas en datos económicos y no en presiones externas.

Con la vista en el futuro, la Fed no solo debe manejar las expectativas de inflación y desempleo, sino también enfrentar los desafíos que podría presentar el nuevo gobierno y cualquier cambio potencial en la política económica. ¡El juego apenas comienza!