La devastación provocada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) en la Comunidad Valenciana ha sido catastrófica e histórica. Según la AEMET, la intensidad de este fenómeno es comparable a las grandes tormentas de los años ochenta, como las de octubre de 1982 y noviembre de 1987. Las consecuencias han sido devastadoras, con más de 70 muertes confirmadas y muchas personas desaparecidas.

El impacto en el deporte ha sido significativo, especialmente para aquellas familias que han perdido todo. Varias instalaciones deportivas han sufrido daños severos y no podrán acoger eventos en un futuro inmediato. A medida que se evalúan las condiciones para las competiciones autonómicas y provinciales programadas para este fin de semana, ya se ha confirmado la suspensión de varios partidos nacionales e internacionales.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha decidido aplazar tres partidos de la Copa del Rey que estaban previstos para este miércoles, entre ellos el esperado choque entre Parla Escuela y Valencia, así como el encuentro entre el Pontevedra y el Levante. El Valencia CF también anunció la suspensión de su partido contra el Real Madrid, y el estadio de Mestalla se ha convertido en un centro de acopio para ayudar a los afectados, donde se recogerán donaciones desde las 17h.

Paradójicamente, mientras que las instalaciones de los clubes profesionales no han sufrido daños severos, el fútbol modesto es, sin duda, el más perjudicado. Muchos campos municipales, donde juegan equipos de barrio y escuelas, han quedado prácticamente irreconocibles tras las inundaciones. Este es el caso del club de Carlet, que ha sido completamente anegado, y en regiones como Paiporta, Bugarra y Alfafar, los estragos son igualmente dramáticos.

El club femenino Discóbolo La Torre, que recientemente había estrenado césped artificial, ha dejado ver su dolor en las redes sociales: "Nuestro esfuerzo y dedicación se han desvanecido", declararon, al mostrar imágenes de su campo convertido en un charco de agua y barro.

Javier Sáez, director deportivo del E1 Paiporta, compartió en su perfil de X que, a pesar del desastre material, están decididos a salir adelante: "Lo arreglaremos entre todos". Esta mentalidad de resiliencia también se ha visto entre otros afectados, como David Sesés, de Bugarra, quien compartió su angustia tras más de 16 horas sin electricidad y en condiciones de aislamiento.

La situación actual no solo afecta a los equipos y atletas, sino también a toda la comunidad, que está unida en la recuperación. Las iniciativas para la reconstrucción y el apoyo a los damnificados están en marcha, pero se prevé que será un largo camino hacia la normalidad.

El mensaje de solidaridad entre los clubes, jugadores y aficionados resuena en la comunidad, mostrando que a pesar de la adversidad, hay esperanza y un fuerte deseo de reconstruir lo que la DANA ha destruido. ¡La unión hace la fuerza y Valencia se levantará de esta desgracia!