Los recientes desastres provocados por las inundaciones en Paiporta han llevado a una reacción política sin precedentes en el Congreso. En una tarde marcada por la cooperación, todos los grupos parlamentarios, a excepción de Vox, han mostrado su disposición para apoyar las medidas de ayuda que el Gobierno planea aprobar este martes. Estas medidas buscan mitigar urgentemente los daños causados por la dana, una situación que ha puesto en jaque a varias comunidades en el país.

El ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, fue el encargado de llevar a cabo una ronda de reuniones con los portavoces de los diferentes partidos representados en la Cámara baja. Estos encuentros, que se llevaron a cabo entre las cuatro y las ocho de la tarde, fueron breves pero cruciales. Bolaños se dedicó a escuchar a los partidos y a tomar nota de sus propuestas, al tiempo que confirmó que el Gobierno aprobará la declaración de zona catastrófica junto con un decreto de ayudas este martes.

A pesar de las críticas que podrían surgir, el ministro enfatizó que no es el momento para disputas políticas. Notó un clima positivo y de unidad entre los representantes, quienes han expresado su voluntad de revalidar el decreto. Sin embargo, Bolaños también señaló que no consideran necesario declarar la situación como “emergencia nacional” por el momento, una postura que ha generado ciertas discrepancias entre los distintos partidos.

Una de las reacciones más contundentes provino de la líder de Podemos, Ione Belarra, quien denunció que el Gobierno no estaba asumiendo su responsabilidad al no decretar un estado de alarma. Belarra calificó la gestión del presidente regional del PP, Carlos Mazón, como "negligente" y propuso varias medidas, como la creación de un escudo social y la suspensión de pagos de alquileres e hipotecas para los afectados. Su crítica se centra particularmente en la ineficacia de las administraciones en la gestión de la crisis.

Varios partidos, como Sumar, PNV, EH Bildu y ERC, también han expresado su total apoyo a las medidas del Gobierno, aunque ERC sugirió la necesidad de un pleno monográfico para analizar en detalle los efectos de la catástrofe.

Mientras tanto, el clima social en el país está marcado por un creciente malestar y la sensación de que se necesitan respuestas rápidas y efectivas. Esta colaboración entre partidos, excepto Vox, que se ha mantenido al margen, se ve como un momento crucial para la política española y un indicio de que, quizás, la unidad es el camino a seguir en tiempos de crisis. Las expectativas son altas, y los ciudadanos esperan que las medidas implementadas marquen la diferencia en la recuperación de las áreas afectadas.