En el verano de 2017, un escándalo sacudió el mundo del activismo ambiental en Andalucía. Juan Clavero, un reconocido ecologista y defensor de la naturaleza, fue detenido el 26 de agosto tras ser sorprendido con 47 gramos de cocaína en su vehículo. Pero la historia detrás de esta detención es aún más increíble: se reveló que Clavero había sido víctima de una conspiración.

Originario de Cazalla de la Sierra, la pasión de Juan por la naturaleza comenzó en su infancia, cuando acompañaba a su padre en las monterías, no para cazar, sino para observar la fauna salvaje. Su amor por la biología lo llevó a convertirse en profesor e insertar su marca personal en el activismo ambiental, convirtiéndose en un referente en la lucha por la conservación de especies como lobos, buitres y águilas. Su carrera no estuvo exenta de rivalidades, y sus proyectos de defensa hacia la naturaleza a menudo atrajeron enemigos, como cuando se opuso a la construcción de Puerto Sherry y sufrió el ataque a su vehículo.

Clavero fue director del Parque Natural de Grazalema y se involucró en la defensa de la Breña del Agua, un espacio natural protegido de gran relevancia ecológica en la región. Esta área, amada por los lugareños por su biodiversidad y belleza, pasó a ser objeto de interés de desarrolladores, llevando a un conflicto que enfrentó a ecologistas y empresarios.

Uno de esos empresarios, el magnate belga Marnix Galle, compró la Breña del Agua con el fin de convertirla en un coto de caza de lujo, aunque inicialmente argumentó su amor por la naturaleza española. El proyecto, que incluía la construcción de un gran cortijo para los guardas, fue visto con escepticismo por los ecologistas, quienes temían que se tratara de un área exclusiva para cazadores adinerados, a costa del acceso público.

La tensión culminó en el incidente del 26 de agosto cuando Juan Clavero, tras una excursión organizada por ecoactivistas, fue sorprendido por la Guardia Civil. Todo parecía un montaje, pero su vida y reputación se pusieron en la balanza. Gracias a testimonios y evidencia, el juez desestimó las acusaciones después de varias semanas; Clavero fue liberado, pero las preguntas sobre el complot en su contra sólo crecieron.

Siete años después de aquella jornada fatídica, cuatro personas se sientan en el banquillo de los acusados. Manuel Alcaide, el extraño que se unió a la excursión, y dos empleados de Galle, son parte de un complejo enredo donde se revelan las entrañas de la connivencia entre negocios y conservación. Mientras tanto, la Breña del Agua se mantiene vigilada, y aunque la presión sobre los senderistas ha disminuido, la lucha por el acceso y la protección del medio ambiente en Andalucía continúa. ¿Alguna vez se sabrá toda la verdad sobre este caso que gira en torno a un ecologista perseguido y un magnate en busca de poder y control?