Ciencia

Javier enfrenta la demencia frontotemporal: 'He perdido a mi mujer debido a los cambios que provoca la enfermedad'

2024-10-04

Olvidar citas médicas o no encontrar las palabras adecuadas son solo algunos de los primeros síntomas que pusieron a Javier Sánchez en alerta. A los 57 años, Javier comenzó a notar que algo no iba bien. "Todos decían que no me preocupase, que era normal con la edad", recuerda. Sin embargo, sus despistes se volvieron más frecuentes. Tras 43 años como soldador y una carrera estable, la situación se volvió insostenible. "Cometí tres errores en un año y pensé: 'No es normal que esto me esté pasando después de tanto tiempo'", confiesa.

Consciente de la gravedad de sus olvidos, Javier solicitó una consulta con su médico. "Le conté que llevaba dos años con estos problemas y que no eran normales", narra. Luego de un test, su doctora le advirtió que había algo, aunque no podía darle un nombre en ese momento. Eventualmente, llegó el diagnóstico: demencia frontotemporal.

Según la Sociedad Española de Neurología, este tipo de demencia implica la degeneración de los lóbulos frontal y temporal del cerebro, lo que afecta el habla y el comportamiento. Aproximadamente el 60% de los casos son diagnosticados en personas entre 45 y 64 años.

Para Javier, el diagnóstico fue un duro golpe. "Nunca pensé que pudiera ser una demencia, y asumirlo fue difícil. No sabía lo que me esperaba en el futuro", admite. El primer impacto lo llevó a estar varios meses inactivo, pero pronto decidió que no quería vivir así.

Los cambios en su carácter fueron especialmente difíciles. "El problema no solo era olvidar nombres, sino que me volví más irritable. Mi pareja me decía: 'Las formas te pierden'. No me daba cuenta de cómo me alteraba", comenta. Reconocer que su carácter estaba cambiando fue un proceso doloroso, que lo llevó a reflexionar sobre el impacto que la enfermedad tiene en sus relaciones, especialmente con su esposa. "Creo que he perdido a mi mujer debido a estos cambios. Lo que más afecta es que tu pareja vive contigo las 24 horas. A menudo, esas pequeñas tensiones se vuelven grandes problemas".

Javier decidió tomar las riendas de su vida después del diagnóstico. Se unió a la Asociación de Familiares de Alzheimer y comenzó a asistir a terapias ocupacionales, donde trabaja activamente en su memoria. "Noto que, a pesar de la enfermedad, he mejorado en ciertos aspectos porque ahora practico mi memoria diariamente", explica. Se mantiene activo con rutinas de ejercicio y socializando, asegurando que pasar tiempo solo puede ser perjudicial.

Con el tiempo, ha notado cambios en su salud mental, pero trabaja constantemente en su bienestar. "He experimentado pequeñas pérdidas de concentración, pero he aprendido a manejarlo", dice. Además, Javier se involucra en el activismo, participando en conferencias y apoyando a otros con demencias. Su objetivo es que todos los diagnosticados puedan acceder a terapias de rehabilitación, un lujo que él reconoce no está al alcance de todos.

La situación de los pacientes con demencia frontotemporal es alarmante, ya que no existe un tratamiento específico. La clave está en la detección temprana y en llevar un estilo de vida saludable. Javier remarca la importancia de aceptar la enfermedad y trabajar juntos por una mejor calidad de vida. "Ya llevo cinco años luchando y me siento bien. Estoy decidido a seguir así", concluye con determinación.