Un equipo de tres científicos rusos reveló este lunes un descubrimiento sin precedentes: el cadáver de una cría de mamut, conservado en condiciones extraordinarias, fue hallado en Siberia, donde permaneció congelado tras su muerte hace más de 50.000 años. Los investigadores de la Universidad Federal del Noreste, en Yakutsk, levantaron una tela blanca que cubría el impresionante hallazgo, el cual fue descubierto durante el deshielo veraniego. El biólogo Anatoly Nikolaev, rector de la universidad, expresó su asombro al ver los restos. “Nos sorprendió ver su excepcional conservación: no había daños en la cabeza, el tronco o las orejas, y la zona de la boca estaba prácticamente intacta”, comentó Nikolaev.

La cría de mamut recibió el nombre de Yana, en honor al lugar donde fue encontrada, la cuenca del río Yana. Estos majestusos mamíferos prehistóricos, que se extinguieron hace aproximadamente 4.000 años, podían llegar a pesar hasta siete toneladas y medir cuatro metros de altura. En contraste, Yana pesa 180 kilogramos y mide alrededor de 120 centímetros.

Hasta la fecha, se han hallado solo seis cadaveres de crías de mamut en el mundo: cinco en Rusia entre 1977 y 2010, y uno más en Canadá en 2022. Según los expertos, “Yana es, sin duda, el mejor conservado de todos.”

El Museo del Mamut de Yakutsk, vinculado a la Universidad Federal del Noreste, alberga una vasta colección de restos de mamutfos; casi el 75% de los restos conocidos de estas criaturas han sido descubiertos en esta región siberiana. El museo custodia tesoros únicos, incluyendo un caballo de 4.450 años, una cría de bisonte de 8.200 años y un alce de 9.000 años, todos conservados a temperaturas de 18 grados bajo cero.

Maxim Cheprasov, jefe científico del Museo del Mamut, anunció planes para un ambicioso programa de investigación sobre Yana, que incluirá estudios genéticos y microbiológicos en un futuro cercano. “Aún no podemos determinar su edad exacta, pero creemos que tenía alrededor de un año o un poco más. Esta cría tuvo un crecimiento más rápido que los cachorros actuales de caballos, bisontes y lobos, ya que las condiciones eran mucho más duras, y por ello, los jóvenes mamuts necesitaban desarrollarse rápidamente para sobrevivir a los crudos inviernos de su época,” agregó Cheprasov.

Este hallazgo contribuye a nuestra comprensión de la biología y la ecología de los mamuts, y plantea nuevas preguntas sobre la vida en el Pleistoceno, una época fascinante que cada vez nos revela más secretos.