La directiva del FC Barcelona ha llegado a la dura conclusión de que el equipo no regresará al emblemático Camp Nou durante esta temporada, a menos que ocurra un milagro en el que muy pocos creen. Las obras de remodelación del estadio no están avanzando al ritmo esperado, y aún quedan muchos trabajos pendientes que imposibilitarán que el equipo vuelva a su arena habitual en esta campaña, debiendo concluir sus partidos en Montjuïc.

Inicialmente, se había planteado la posibilidad de jugar un encuentro en el Camp Nou antes de finalizar el año, concretamente, el enfrentamiento programado para el próximo sábado frente al Atlético de Madrid. Sin embargo, esos planes han sido descartados. A medida que se aproximan las fechas, se mencionó que el Barça no podría regresar hasta principios de febrero, debido a una norma de la UEFA que exige que todos los partidos de la primera fase se jueguen en el mismo estadio.

Sin embargo, las expectativas han cambiado drásticamente, y ahora nadie cree que el equipo pueda estar de vuelta en el estadio para principios de marzo. Existen retos técnicos que aún no se han solucionado, tales como las salidas de emergencia. Además, el tema del césped sigue siendo crítico; se espera que la instalación de la nueva hierba se inicie a mediados de enero, pero esta necesitará alrededor de dos meses para asentarse adecuadamente, lo que lleva la situación ya hacia mediado del mes de marzo.

Un nuevo obstáculo se presenta con la UEFA, que exige que todos los partidos de la segunda fase también se jueguen en el mismo estadio. Si el Barça participa en el 'play-off' de acceso a octavas de final, como todo indica, sería imposible jugar en el Camp Nou, ya que esta fase se disputará a mediados de febrero. En ese momento, el estadio no estará listo, lo que significaría que los culés tendrían que seguir en Montjuïc.

El partido correspondiente a la eliminatoria de octavos está programado para el 11 de marzo, y el calendario apretado complicaría aún más la organización logística necesaria para ello. Esto plantea serias preocupaciones sobre cómo el club manejará la presión de jugar fuera de su hogar habitual durante tanto tiempo.

Con el Barça tratando de mantenerse competitivo a pesar de las circunstancias, esta situación genera incertidumbre entre los aficionados, mientras se preguntan cómo afectará todo esto al rendimiento del equipo en el resto de la temporada. ¿Podrá el Barcelona aprovechar esta adversidad para fortalecer su cohesión interna, o sufrirá por la falta de su verdadero hogar?