En las calles de Tetuán, Madrid, un restaurante no solo sorprendía por la calidad de sus platos, sino también por sus precios inusualmente bajos. Solomillo, jamón ibérico, aceite de oliva, pulpo, lomo y carrillera, delicias que deberían ser un lujo, estaban disponibles a precios populares. Pero, como se descubrió posteriormente, estos suculentos menús estaban hechos con ingredientes robados.

La Policía Nacional ha detenido al propietario de este establecimiento, después de que se levantaran sospechas sobre la calidad de los productos en contraste con su precio. El gourmet a buen precio se convirtió en un escándalo, y las autoridades iniciaron una investigación que revelaría una trama mucho más oscura.

Tras una exhaustiva investigación, los agentes descubrieron que los productos eran sustraídos de grandes superficies y supermercados en la zona. ¡Un auténtico robo a gran escala que iba del estante a la cocina del restaurante! Los ladrones involucrados, en su mayoría toxicómanos, utilizaban el dinero obtenido de estos robos para financiar su adicción, llevándose, entre otros productos, artículos de gama alta como jamón ibérico y pulpo.

El dueño del restaurante, ubicado en la calle Bravo Murillo, no solo compraba estos productos a un precio irrisorio, sino que estaba completamente consciente de su origen ilícito. Además, las pesquisas revelaron algo aún más inquietante: el propietario tenía una trabajadora en situación administrativa irregular, sometida a condiciones laborales extremas, llegando a trabajar hasta 13 horas diarias. Una realidad alarmante que pone en evidencia cuestiones de explotación laboral en el sector.

Los agentes, tras reunir suficientes pruebas, efectuaron un registro en el local, confiscando productos valorados en 700 euros y deteniendo al dueño, un ciudadano rumano de 26 años, por presuntos delitos de receptación y violaciones a los derechos laborales. Este caso no solo arroja luz sobre el robo, sino también sobre la alarmante situación de trabajadores en la industria de la hostelería.

Las autoridades instan a la población a ser conscientes de la procedencia de los alimentos y a denunciar prácticas ilegales. ¡La próxima vez que disfrutes de una cena, pregúntate si realmente estás pagando por lo que comes!