El reciente episodio de DANA ha causado inundaciones devastadoras que, según advierte el doctor José María Martín-Moreno, epidemiólogo de Harvard, podrían traer graves consecuencias para la salud pública. En una entrevista con EFE, el experto enfatiza que el riesgo de infecciones por agua estancada aumenta considerablemente a partir de las 72 horas tras una inundación, lo que hace urgente la implementación de medidas preventivas en las zonas afectadas.

Martín-Moreno, quien también es catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat de València, señala que las infecciones más preocupantes incluyen aquellas asociadas al consumo de agua contaminada, como la gastroenteritis bacteriana y la hepatitis A, así como la leptospirosis. Además, la acumulación de agua estancada puede propiciar la proliferación de mosquitos, incrementando así el riesgo de enfermedades transmitidas por estos vectores, como el dengue y el virus del Zika.

Su mensaje es claro: "Es fundamental asegurar el acceso a agua potable segura y promover buenas prácticas de higiene entre la población", subraya, destacando la necesidad de tratar las aguas estancadas y monitorear la aparición de posibles brotes infecciosos.

Con la amenaza real de que aguas residuales puedan contaminar el suministro de agua potable, Martín-Moreno insta a las autoridades sanitarias a actuar de inmediato. Propone la restauración de los sistemas de saneamiento y la eliminación de residuos como prioritarios. "En áreas donde el saneamiento aún no se haya restablecido, se recomienda el uso de baños portátiles y sistemas temporales de eliminación de residuos para minimizar el contacto de la población con aguas contaminadas", advierte.

La educación de la población también es crucial. El experto resalta la necesidad de informar a la comunidad sobre las prácticas de higiene adecuadas y ser cautelosos con el consumo de alimentos y agua. La instauración de un sistema de vigilancia epidemiológica se presenta como una estrategia clave para detectar brotes de manera temprana y así mitigar su severidad.

La participación de voluntarios en labores de limpieza y ayuda es valiosa, pero debe realizarse bajo una adecuada supervisión para garantizar que estos individuos estén preparados y minimizar los riesgos asociados. "Lo ideal es contar principalmente con personal especializado y capacitado, especialmente en áreas como gestión de desastres, primeros auxilios, saneamiento y salud pública", concluye Martín-Moreno.

Actuar rápidamente y de manera coordinada es esencial en estos momentos críticos, ya que la salud de muchas personas podría depender de ello. ¡No dejes que tu comunidad se convierta en víctima de esta crisis! Comparte esta información y mantente atento a las medidas de prevención.