Hasta hace apenas unos años, Camila notaba un cansancio extremo tras caminar un poco o hacer un poco de ejercicio. "Era extraño, no sabía por qué", relata Camila, una joven de 18 años de Sevilla. Su padre, Marco Larriba, de 49 años, recuerda cómo durante meses buscó respuestas médicas para entender la condición de su hija, nunca imagine que el problema podría estar relacionado con su corazón: "Ella era demasiado joven".

Después de múltiples diagnósticos erróneos, los médicos finalmente le diagnosticaron miocardiopatía restrictiva, una enfermedad poco frecuente y grave que hizo que su corazón creciera más de lo normal. Si no se intervenía, podría no caber en su caja torácica. La solución fue un trasplante. Marco confiesa: "Como padre, esto cambió nuestras vidas. No piensas que a los 14 años tu hija pueda tener un problema así". Camila sentía alivio al saber que no estaba sola en esto: "Al fin supe lo que me pasaba". Tras un exitoso trasplante, ahora relata: "A los cinco días, ya estaba montando en bicicleta. Ahora puedo hacer deporte y viajar, como cualquier persona normal".

En España, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sorpresivamente, estas afecciones no solo se limitan a la población masculina mayor de 60 años como comúnmente se piensa. El doctor Pablo Sutelman, especialista en cardiología, advierte sobre un aumento alarmante de casos en personas menores de 50 años.

Los factores que contribuyen a esta tendencia incluyen el estrés, la vida sedentaria y una mala alimentación. La comunidad médica es clara: la prevención es la clave. Según el doctor Borja Ibáñez, del CNIC, no hay que esperar a los 40 años para preocuparse por el colesterol y la presión arterial; "es crítico que los jóvenes se conciencien sobre estos riesgos".

La aterosclerosis, una condición que se presenta cuando el colesterol se acumula en las arterias, es una de las principales causas de problemas cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares.

Asimismo, hay otro punto a considerar: el impacto emocional y psicológico que estas enfermedades tienen en los pacientes. David Grau, de 61 años y jefe del servicio de Deportes de la Universitat de Girona, sufrió un paro cardíaco a los 45 años durante un partido de baloncesto. Afortunadamente, sobrevivió gracias a la rápida acción de los presentes y ahora comparte su experiencia para ayudar a otros con charlas sobre la importancia del deporte y la prevención.

El apoyo psicológico es fundamental. Grau menciona que ha tenido que trabajar no solo en su salud física, sino también en su bienestar mental. "Lo más complicado fue recuperar la concentración y la confianza", comparte. A través del respaldo profesional, ha logrado superar sus miedos y volver a disfrutar del deporte. Por otro lado, Marco y Camila Larriba, a través de asociaciones de pacientes, encontraron el soporte necesario para sobrellevar sus momentos difíciles. Marco se dedica ahora a enseñar a otros sobre la importancia de la donación de órganos y el apoyo a familias que enfrentan situaciones similares. Camila, tras su lucha, planea estudiar Psicología para ayudar a quienes, como ella, han pasado por circunstancias adversas.

La conclusión es clara: las enfermedades cardiovasculares no son solo un problema de ancianos, y la concienciación en jóvenes puede marcar una gran diferencia en la salud pública. ¡Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde!