Un nuevo estudio revela que la Inteligencia Artificial puede provocar la creación de recuerdos completamente falsos entre las personas.

En un experimento revelador, se encontró que uno de cada tres participantes desarrolló recuerdos erróneos tras interactuar con un chat inteligente.

La Inteligencia Artificial avanza a pasos agigantados, y aunque a menudo la vemos como una herramienta para mejorar la vida, este reciente hallazgo plantea serias preocupaciones sobre su uso. Según la información presentada por Rebeca Gimeno, en el último experimento se mostraron imágenes de un atraco que ocurrió en 2019. Aunque no hubo heridos, la situación era tensa: los ladrones robaban y se marchaban rápidamente.

Después de ver el video, se hicieron preguntas a los participantes sobre lo que habían presenciado. Interesantemente, a un grupo se le hizo este cuestionario a través de un chat de Inteligencia Artificial que incluía preguntas sesgadas. Por ejemplo, se les preguntó si la cámara había grabado la llegada de los ladrones en un coche y de qué color era este, a pesar de que la realidad era que llegaron caminando. Como resultado, el grupo que interactuó con el chat desarrolló recuerdos falsos tres veces más que el grupo que solo completó un formulario sin preguntas engañosas.

Este experimento subraya un aspecto inquietante: la capacidad de la IA para implantar recuerdos falsos. En una sociedad donde la memoria y la percepción pueden ser manipuladas, esto plantea grandes preguntas sobre el futuro, especialmente en áreas como el derecho, la educación y la psicología.

La fragilidad de nuestra memoria ha sido evidenciada en estudios pasados; por ejemplo, un experimento en los años 90 sobre un niño perdido en un centro comercial mostró que uno de cada cuatro participantes fabricó recuerdos de un evento que nunca sucedió. Este nuevo estudio sugiere que la Inteligencia Artificial podría incluso hacerlo de manera más efectiva.

La capacidad de una IA persuasiva para alterar la memoria humana puede tener consecuencias profundas. Desde el riesgo de falsedades en testimonios legales hasta la posibilidad de crear narrativas engañosas en la educación, la investigación y la implementación de estas tecnologías deben ser consideradas con extrema cautela. Por lo tanto, es vital que la sociedad sea consciente de estos riesgos y abogue por un uso ético y responsable de la Inteligencia Artificial.