En una intensa jornada de confrontaciones dentro de la casa de Gran Hermano, Violeta y Óscar analizaron el conflicto existente entre Daniela y Ruvens, concluyendo que "el verdadero debate está en la mente de Ruvens". Según Violeta, Ruvens ha dejado que las presiones del juego le afecten de tal manera que ha perdido el control, mientras que ella prefiere guiarse por sus emociones, sugiriendo que ambos deberían tener una conversación sincera.

Óscar, por su parte, mostró su desacuerdo con el comportamiento de Ruvens, quien parece desahogarse con todos menos con él. En medio de esta tensión, Óscar no pudo evitar recordar su propia experiencia en el programa, sintiendo que Ruvens intenta separarlo de sus amigos Daniela y Maica, lo que no le parece aceptable.

Descontentos con la dinámica actual del concurso, Óscar, Luis, Jorge y Manu contemplaron la posibilidad de abandonar el reality, ya que consideran que es una falta de respeto para aquellos que no lograron entrar. Manu hizo un llamado a disfrutar de la experiencia a pesar de los altibajos, pero reconociendo que no entiende el abandono.

Mientras tanto, en la cocina, Maica expresaba su amor por el vino, mientras que Óscar recordaba planes de escapadas a la Rioja. Sin embargo, no todo era diversión: Adrián aconsejó a Óscar que tenga cuidado con quienes elige para hablar de sus problemas, ya que podría acabar involucrado en conflictos ajenos.

La situación escaló rápidamente cuando Daniela y Ruvens tuvieron una discusión acalorada en la habitación azul. Ruvens acusó a Daniela de ser irrespetuosa, a lo que ella respondió calificándolo como maleducado. El conflicto se originó cuando Daniela trasladó ropa de su habitación, incluida una carta de Ruvens, que él sintió como una falta de respeto. La tensión se intensificó con acusaciones mutuas, y Ruvens salió a buscar a Óscar, quien dudó antes de tomar partido.

Laura, otra habitante de la casa, se unió al conflicto, manifestando su descontento con la actitud de Daniela, lo que llevó a un intercambio de palabras ásperas. Daniela desconfía de Ruvens, cuestionando sus intenciones y sugiriendo que ha manipulado a Óscar. Óscar, al sentirse entre la espada y la pared, rechazó cualquier acusación de haber hablado mal sobre sus compañeras.

Adrián, siempre el mediador, instó a Óscar a que tuviera cuidado con sus palabras mientras la situación se tornaba cada vez más tensa. A medida que cada uno defendía su postura, era evidente que la casa pronto podría estallar en un conflicto aún mayor.

La situación culminó cuando Óscar reveló a Maica que no comprende por qué Ruvens está enojado con él, sintiendo que su confusión solo añade leña al fuego. Con la presión aumentando, los habitantes de Gran Hermano se preparan para una nueva jornada que podría llevar a fuertes confrontaciones o, por fin, a una resolución. ¡No te pierdas los próximos episodios donde el drama y la tensión seguirán aumentando!