(CNN) – El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha reivindicado el ataque mortal ocurrido el viernes contra la sede de las Industrias Aeroespaciales Turcas (TUSAS) en las afueras de Ankara. Este atentado ha generado una gran conmoción en todo el país y ha reavivado el debate sobre la violencia en la región.

La organización armada emitió un comunicado donde afirmaba que “esta acción fue planeada con mucha antelación y ejecutada con éxito”. Según el PKK, el ataque no guarda relación con los debates políticos recientes en Turquía, sino que es una respuesta específica a las operaciones militares de Turquía en el Kurdistán. En su declaración, el PKK argumentó que TUSAS representa un objetivo militar debido a su implicación en la producción de armas que, aseguran, han causado la muerte de miles de civiles kurdos, incluidas mujeres y niños.

El atentado dejó un saldo trágico de cuatro empleados de TUSAS y un taxista, que transportó a los atacantes, confirmando así la gravedad del suceso. Los propios atacantes, que consistieron en un hombre y una mujer, también perdieron la vida durante el ataque. Este hecho ha intensificado aún más las tensiones entre las autoridades turcas y el PKK, un grupo separatista que es considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.

Como consecuencia de este ataque, se espera que el gobierno turco implemente nuevas medidas de seguridad y represalias. Expertos advierten que este tipo de actos de violencia podría escalar aún más el conflicto en la región, donde las tensiones entre la comunidad kurda y el Estado turco continúan latentes. Turquía se enfrenta a un delicado equilibrio entre la seguridad interna y la estabilidad política, mientras que el PKK busca reafirmar su presencia y justificación a través de este tipo de acciones extremas.