Un tren de alta velocidad (AVE) que viajaba de Málaga a Madrid con 291 pasajeros a bordo ha descarrilado en la localidad malagueña de Álora, donde se han registrado fuertes lluvias en las últimas horas. Afortunadamente, no se han reportado heridos.

El incidente se produjo a las 12:08 horas, cuando el tren arrolló un desprendimiento de rocas provocado por las intensas lluvias, resultando en la salida de un 'bogie' de la cabina delantera. Según un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), el tren estaba en su ruta hacia la estación de Madrid cuando ocurrió el descarrilamiento, lo que generó una inmediata movilización de recursos.

Los pasajeros del tren afectado están siendo transbordados a otro AVE que llegó desde Los Prados, en Málaga, mediante pasarelas dispuestas para garantizar su seguridad.

El tren había salido de Málaga a las 11:57 horas y tenía prevista su llegada a Madrid a las 14:50 horas. Además del descarrilamiento, este incidente ha causado múltiples retrasos y alteraciones en otros servicios de trenes de alta velocidad. Un AVE que conecta Madrid y Málaga, con 282 pasajeros, se detuvo a la salida de Córdoba, enfrentándose a una demora de 55 minutos. Otro tren, que partió de Barcelona a las 05:50 horas y que tenía previsto llegar a Málaga a las 12:36, también se vio afectado con un retraso de 1 hora y 10 minutos.

Este alarmante suceso también ha desencadenado problemas adicionales en las líneas convencionales debido a la acumulación de agua por las fuertes lluvias. A las 09:45 horas se suspendió temporalmente la circulación entre Cártama y Álora, aunque se restableció a las 13:32 horas, afectando a tres trenes de Media Distancia, de los cuales algunos fueron cancelados.

La jornada ha sido particularmente complicada en la región, ya que en Álora se han medido precipitaciones que superan los 150 litros por metro cuadrado en las últimas 12 horas, lo que ha desbordado el río Guadalhorce. Como consecuencia, varios vehículos han sido arrastrados por el agua y varias casas rurales han quedado inundadas, lo que añade un aire de devastación a la ya caótica situación.

Este evento ha puesto de relieve la vulnerabilidad de las infraestructuras frente a fenómenos climáticos extremos y la necesidad urgente de soluciones a largo plazo para garantizar la seguridad de los viajeros. Las autoridades han instado a los ciudadanos a tomar precauciones y seguir las recomendaciones pertinentes ante las condiciones adversas.