En un emotivo rescate en Corella, un bebé de solo un año fue salvado gracias a la rápida intervención de tres valientes agentes de la Guardia Civil, quienes le realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) tras encontrarlo inconsciente y aparentemente sin pulso.

La historia comenzó cuando un agente de la Guardia Civil, que se encontraba fuera de servicio paseando a su perro cerca del cuartel, escuchó los gritos desgarradores de una madre pidiendo ayuda. Al acercarse, se dio cuenta de que su bebé no respondía a ningún estímulo, lo que activó su instinto de acción, informa Efe.

Inmediatamente, el agente solicitó apoyo a sus compañeros que se encontraban en el interior del Puesto, quienes corrieron en ayuda de la angustiada madre y comenzaron a notificar a los servicios de emergencia. La situación era crítica, pero el entrenamiento de los agentes pronto entró en acción.

Uno de los guardias civiles se hizo cargo del pequeño y, al observar que no respiraba y no presentaba signos de vida, comenzó a practicarle RCP. Tras varios minutos de intensa labor, el milagro ocurrió: el bebé comenzó a reaccionar lentamente, recuperando sus constantes vitales y recobrando la consciencia.

Al llegar los servicios médicos, se hicieron cargo del menor, quienes confirmaron que no era necesario su ingreso hospitalario, lo que fue un alivio para la familia. Mientras tanto, los demás agentes se quedaron al lado de la madre y el bebé, brindando apoyo emocional y asegurándose de que estuvieran a salvo hasta que los servicios sanitarios se despidieron.

Este acto heroico de los agentes no solo destaca su profesionalismo, sino también su humanidad y dedicación. En situaciones de emergencia como estas, cada segundo cuenta, y gracias a la rápida respuesta de la Guardia Civil, se logró evitar una tragedia. La comunidad de Corella se siente orgullosa de tener a estos héroes velando por su seguridad.