La ciudad de A Coruña estaba ansiosa por el evento que marcaría un hito en su historia baloncestística. El 29 de septiembre no solo simboliza el estreno del Leyma Coruña en la Liga Endesa, sino que también significa enfrentarse al gigante del baloncesto español, el Real Madrid, actual campeón. A solo 72 horas del partido, el Colliseum de A Coruña ya mostraba un cartel de 'no hay entradas', testimonio del fervor y lealtad de los aficionados gallegos a su equipo.

Goran Huskic, un pívot serbio nacido en Belgrado en 1992, es uno de los pilares del Leyma Coruña y uno de los protagonistas de esta esperada cita. A través de una conversación con Relevo, Huskic compartió sus expectativas sobre el partido: "Esperamos ganar y darlo todo. Sabemos que el camino no será fácil, pero estamos preparados para luchar".

El jugador se muestra realista sobre el reto que supone jugar en la mejor liga de Europa: "Va a ser duro y vamos a sufrir, pero es un proceso en el que debemos mejorar tanto física como mentalmente". La experiencia de Huskic es especialmente valiosa, ya que ha pasado por diferentes equipos como San Sebastián, Burgos y Bilbao, y ha tenido que adaptarse a diversas estructuras de juego y metodologías.

Huskic también destacó la importancia de la continuidad del equipo. La mitad de los jugadores son veteranos que tienen experiencia en la liga, lo que permitirá una integración más rápida de los nuevos fichajes. "Es un nuevo camino, y aunque el futuro es incierto, mantenemos la filosofía de avanzar poco a poco, como el año pasado, cuando fuimos de menos a más", comentó.

Uno de los compañeros que más le ha impresionado es Trey Thompkins, exjugador del Real Madrid, a quien describe como"una leyenda del baloncesto, impresionante en su humildad y profesionalismo". Esto podría ser clave para que el equipo encuentre la motivación necesaria para competir contra un rival formidable.

Huskic también reflexionó sobre su pasado. Nacido en plena Guerra Civil Yugoslava, creció en un ambiente marcado por la incertidumbre y el dolor. A pesar de esto, su amor por el baloncesto nació a una edad temprana. "Siempre admiré al equipo nacional de Yugoslavia y luego a Serbia. Ver a esos jugadores legendarios me impulsó a seguir este camino", relató con nostalgia, recordando cómo su tío, también jugador de baloncesto, inspiró su carrera.

El pívot ha recorrido un camino atípico para llegar a la ACB, un viaje lleno de desafíos. Desde jugar en la tercera división serbia hasta llegar a EE. UU., su perseverancia lo ha llevado a este punto. "Fue un camino difícil, pero no me rendí. Siempre he creído en mí mismo".

Con la mente enfocada en el debut, Goran Huskic se siente emocionado pero consciente de la presión. "Los grandes equipos son difíciles de jugar al principio, pero sabemos que el apoyo de la afición será crucial. Estamos listos para darlo todo en la cancha". Este fin de semana, A Coruña vivirá un momento histórico, y Huskic será uno de los protagonistas en la búsqueda de un sueño que, aunque ambicioso, no parece inalcanzable.