La reunión de hoy entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page se ha convertido en un auténtico duelo de titanes en el Palacio de La Moncloa. El presidente de Castilla-La Mancha, conocido por su postura crítica dentro del PSOE, ha dejado claro que no acepta el acuerdo entre PSC y ERC sobre la financiación para Cataluña y ha advertido que este pacto no puede ser la base de la negociación del sistema de financiación autonómica que lleva pendiente una renovación desde hace diez años.

“¡Ninguna comunidad debería basarse en ese documento! No doy por válido el acuerdo con los independentistas, ni con aval ni sin él. Es totalmente inaceptable como base de estudio”, ha afirmado García-Page, quien ha expresado su indignación tras una reunión que duró dos horas, el doble que otros encuentros del presidente con líderes del PP.

García-Page también ha reiterado que el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) no debería ser el único órgano para negociar la financiación futura. Aunque Sánchez se comprometió a convocar este Consejo y negociar, Page ha cuestionado la imparcialidad de un sistema que favorece al Gobierno. “El 50% de los votos los tiene el Gobierno. Si una autonomía está de acuerdo con ellos, ya tienen la mayoría. Debemos llegar a un acuerdo antes de siquiera considerar el CPFF”, denunció.

Este reencuentro marca un momento decisivo en su relación, ya que no se habían encontrado desde 2018. El saludo entre ambos fue breve, en contraste con la calidez mostrada hacia otros presidentes autonómicos. Page ha destacado que la conversación fue respetuosa, a pesar de las diferencias evidentes. "A veces se pueden decir las cosas con más firmeza sin perder el respeto”, puntualizó, llevándose consigo un claro mensaje de que hay una disparidad en las visiones del PSOE.

García-Page ha mantenido una postura muy crítica sobre la estrategia de distensión del Gobierno hacia el independentismo, mostrando desacuerdo con decisiones clave como la concesión de indultos y la derogación del delito de sedición. La tensión ha aumentado con el reciente acuerdo entre PSC y ERC, que ha profundizado las divisiones en el partido.

En una reunión del comité federal el pasado mes, Page no dudó en acusar a la dirección del PSOE de ignorarlo. "Sería un honor recibir una llamada, pero me conformo con que me den una copia del acuerdo. Lo que refleja ese documento es lo que Esquerra quiere, y dudo que sea lo mismo que respalda el PSOE”, comentó enérgicamente.

Con su propuesta, García-Page exige que la financiación no restiña a Cataluña del régimen común de comunidades. "El acuerdo entre PSC y ERC es un concierto, y tenemos que nombrar las cosas por su nombre", declaró, una crítica respaldada por otros líderes como Josep Borrell. Propone una financiación basada en la población ajustada, demandando que se incluya la lucha contra la despoblación como un factor fundamental.

“Salgo de aquí con la misma convicción. Mi posición es mayoritaria en el país“, concluyó Page. Resumiendo su opinión sobre la relación con el Gobierno, expresó que la política territorial debe estar clara, exigiendo una centralidad que, según él, el PSOE no ha sabido mantener. Un nuevo choque en la eterna batalla entre la responsabilidad política y las demandas regionales se avecina. ¡Los próximos días serán cruciales en el tablero político español!